tag:blogger.com,1999:blog-11960655519872655122024-03-20T21:30:01.659-03:00El Juego de PalabrasCuentos breves para gente apuradaEl Varón de Bairesburghhttp://www.blogger.com/profile/10056883381934587051noreply@blogger.comBlogger36125tag:blogger.com,1999:blog-1196065551987265512.post-41373810236815897172010-12-29T04:13:00.001-03:002010-12-29T04:19:38.688-03:00Bizarren Parti<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhClI6vQAbzvy80-BziNGGPFT8nR8EK_7l7ijiowRKuiy8o0nWRuFjqjORDTXfoAO2vvD7CWmgLYu47nCr4jTw0SleTNIMvcd1X9fzLhCneMuOV1BYgoE9rX5JPgoTNzu6QBCkz9I1T7uk/s1600/CarlosBala.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhClI6vQAbzvy80-BziNGGPFT8nR8EK_7l7ijiowRKuiy8o0nWRuFjqjORDTXfoAO2vvD7CWmgLYu47nCr4jTw0SleTNIMvcd1X9fzLhCneMuOV1BYgoE9rX5JPgoTNzu6QBCkz9I1T7uk/s320/CarlosBala.jpg" width="320" /></a></div><br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana; font-size: 13px;">El Johnnie Walter nos espera en el bulín. Empieza la previa y ya podemos palpitar la noche que se viene. Luis Miguel grita que nos podemos marchar, pero el gustito a whisky con Coca demora la partida.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="apple-style-span"><span style="font-family: Verdana; font-size: 10pt;">David me dice que estamos invitados a una Bizarren Miusik Parti, esas fiestas-túnel del tiempo que te llevan a finales de los ’80. Es en Ramos, conduce Carlitos Balá. Y el de Vilma Palma hace subir algún pelado al escenario al ritmo de la pachanga. <o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="apple-style-span"><span style="font-family: Verdana; font-size: 10pt;">Ni loco vamos, activá el plan B, digo firme, como si fuera una sentencia de <st1:personname productid="la Corte. David" w:st="on">la Corte. David</st1:personname> agarra el celular y arranca con un “voçe vai dançar hoje?”. Había conocido una brasilera la semana anterior y era la oportunidad ideal para el reencuentro.<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="apple-style-span"><span style="font-family: Verdana; font-size: 10pt;">Digamos que le va bien con las chicas. Morocho, con carácter, mirada de actor de Friends y actitud a la hora del baile latino.<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="apple-style-span"><span style="font-family: Verdana; font-size: 10pt;"><br />
</span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="apple-style-span"><span style="font-family: Verdana; font-size: 10pt;">Partimos hacia boliche palermitano. Pronuncio la contraseña en la entrada y pasamos sin problemas. La música suena a todo lo que da. David me grita al oído para decirme que no se acuerda de la cara de la brasilera. Tras intentar en vano escuchar portugués entre las chicas de la entrada, las encontramos cerca de la barra, caipirinhas en mano.<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="apple-style-span"><span style="font-family: Verdana; font-size: 10pt;">Morocha interesante la de David. Dos amigas a su lado: petisita pulposa de musculosa blanca y rellenita carilinda de remera escotada. Con una sonrisa me dice que se llama Xuxa. Si, como la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">cantanchi</i>,<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> </i>responde<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> </i>antes de que llegue a preguntar.<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="apple-style-span"><span style="font-family: Verdana; font-size: 10pt;">Dejo a mi amigo con la garota y quedo solo en el medio de la pista. Me muevo como pez en el agua. Analizo las conductas adolescentes y no tanto, los histeriqueos, los juegos de amor, bailes de moda y nuevos modelos de celular. Porque es mejor mandarle sms al que no está que conocer al que tenés al lado.<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="apple-style-span"><span style="font-family: Verdana; font-size: 10pt;"><br />
</span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="apple-style-span"><span style="font-family: Verdana; font-size: 10pt;">En el mundo del “todo ahora” se habla de sentimientos antes del diálogo. Defiende la bandera del no compromiso y el sexo de una noche, pero la realidad es que la juventud quiere enamorarse ya. Ellas ven al que les dio fuego como el posible padre de sus hijos. Y nosotros buscamos consuelo, compañía, película con pochoclos el domingo a la noche.<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="apple-style-span"><span style="font-family: Verdana; font-size: 10pt;">Xuxa aparece de la nada y se me pone a bailar. No tengo mejores planes, me suelto y tiro pasos modernosos. En mi imaginación, vengo a ser algo así como Michael Jackson en Thriller. Aunque la realidad indique que estoy más cerca del <i style="mso-bidi-font-style: normal;">magiquee</i> de José María Listorti.<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="apple-style-span"><span style="font-family: Verdana; font-size: 10pt;">DJ Juanchi insiste en su política de reggaeton cero y me obliga a marchar contra la marcha por el resto de la noche. Brasil me va acorralando y resisto como puedo, hasta que no resisto más. Tal vez una metáfora del Mercosur. O simplemente unos besos de boliche.<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="apple-style-span"><span style="font-family: Verdana; font-size: 10pt;"><br />
</span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="apple-style-span"><span style="font-family: Verdana; font-size: 10pt;">Y ahí es cuando me pego el susto de mi vida. Suenan los primeros acordes de I’ve got a feeling. De repente, luces blancas rompen la oscuridad e iluminan un sector cercano. Se apaga la música, dos patovas acorralan a un flaco de remera Armani Exhange. El pibe saca algo del bolsillo y apunta su mano hacia el cielo. Escucho dos estallidos. No hay tiempo para más, lo agarran del cuello y lo sacan. <o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="apple-style-span"><span style="font-family: Verdana; font-size: 10pt;">Mi conciencia me dicta la oración: dispararon en el boliche. Veo gente correr. Casi enseguida, la música vuelve a sonar. Muchos se menean como si nada hubiera pasado. Algunos no se dieron cuenta de nada. La calma, si es que alguna vez la hubo, retorna. No tengo reacción. Vuelvo a mí y me encuentro en el sillón de los reservados. Xuxa consuela mi pánico. Y todo el mundo pide bis.<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="apple-style-span"><span style="font-family: Verdana; font-size: 10pt;">Ya son casi las 6 y recuerdo que no sé nada de David. Su mensaje de texto dice “en los sillones”. Me doy vuelta y lo veo a <st1:metricconverter productid="5 metros" w:st="on">5 metros</st1:metricconverter>, en una guerra sin tiempo por perder una mano en el jean de su presa. Nos miramos y nos reímos. Show must go on.<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="apple-style-span"><span style="font-family: Verdana; font-size: 10pt;"><br />
</span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="apple-style-span"><span style="font-family: Verdana; font-size: 10pt;">Salimos y es casi de día. Pregunto por la tercera menina. Aparece de la nada. De los matorrales. A lo Señor Burns en el capítulo del extraterrestre. Logramos entender que el asiento trasero de un auto fue escenario de un nuevo episodio de sexo oral.<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="apple-style-span"><span style="font-family: Verdana; font-size: 10pt;">David me mira, preguntándome con los ojos por qué no nos habrá tocado en suerte esa señorita. Paramos un taxi, pero las chicas viven cerca de la zona y los choferes no quieren tomar un viaje barato cuando todo el mundo los necesita. No nos queda otra que caminar.<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="apple-style-span"><span style="font-family: Verdana; font-size: 10pt;">Vamos los 5 bordeando la cancha de polo. La especie joven se reconoce en la calle. Mucho borrachín dando vuelta. Y grupos de amigos esperando el bondi salvador.<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="apple-style-span"><span style="font-family: Verdana; font-size: 10pt;"><br />
</span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="apple-style-span"><span style="font-family: Verdana; font-size: 10pt;">Del polo sale un perro y la del pete lo acaricia. Pienso que esa chica tiene demasiado amor para dar. Y Bobby concuerda, nos empieza a seguir. De las rejas salen 6 caninos más. Todos nos acompañan.<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="apple-style-span"><span style="font-family: Verdana; font-size: 10pt;">Bobby, el primero, el original, se monta al de pelaje negro en un cachondeo a la velocidad de la luz. David y yo no podemos evitar la risa. Es el colmo de los colmos. Pero ahora la perra de negro, que al parecer era perro, se enoja y se empiezan a morder. Los otros ladran sin parar. <o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="apple-style-span"><span style="font-family: Verdana; font-size: 10pt;">Sentimos que podemos ser las próximas víctimas y doblamos a la derecha. Vemos venir una suerte de patota de Chacarita Juniors insultando a un tipo. Doy la orden y todos me siguen: “sigamos con Bobby por donde veníamos”. Apuramos el paso. <o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="apple-style-span"><span style="font-family: Verdana; font-size: 10pt;"><br />
</span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="apple-style-span"><span style="font-family: Verdana; font-size: 10pt;">A las 3 cuadras, ya dogs free, caminamos tranquilos. Las garotas, con los pies destrozados por los tacos, respiran aliviadas. Con un pico nos despedimos hasta siempre.<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="apple-style-span"><span style="font-family: Verdana; font-size: 10pt;">Ya en el taxi, repasamos los acontecimientos con David. Desde el buscar a unas chicas sin rostro hasta mi romance con la reina de los bajitos, pasando por la vida y la muerte bailando a nuestro alrededor, “boca rápida Burns”, Bobby ascenso y caída, barrabravas en Las Cañitas y beso final en Luis María Campos.<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="apple-style-span"><span style="font-family: Verdana; font-size: 10pt;">El destino suele hacer estas bromas. Quisimos evitarla, pero tuvimos nuestra propia Bizarren Parti sin haber pisado Ramos Mejía. Una noche difícil de olvidar. Como el chupetómetro. </span></span><i><span style="font-family: Verdana; font-size: 10pt;">Ea-ea-ea pe-pé.</span></i><span class="apple-style-span"><span style="font-family: Verdana; font-size: 10pt;"><o:p></o:p></span></span></div>El Varón de Bairesburghhttp://www.blogger.com/profile/10056883381934587051noreply@blogger.com11tag:blogger.com,1999:blog-1196065551987265512.post-61035950857883539322010-08-22T23:39:00.000-03:002010-08-22T23:39:02.140-03:00La imagen de sí mismo<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgiDZt4CZCp82Fhz7FoISBdDKVsnTLEyguPJV6PW4UW5olFawM5sBvfKl9KtxfXDzkSnv9_sejyKRud72SahuRUpWwpPaA2-JqS3x-ctS5xXBertLASSED0bG2jhmDCiXynu6xyZU3eiMY/s1600/Amor+a+si+mismo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgiDZt4CZCp82Fhz7FoISBdDKVsnTLEyguPJV6PW4UW5olFawM5sBvfKl9KtxfXDzkSnv9_sejyKRud72SahuRUpWwpPaA2-JqS3x-ctS5xXBertLASSED0bG2jhmDCiXynu6xyZU3eiMY/s320/Amor+a+si+mismo.jpg" /></a></div><br />
<meta content="text/html; charset=utf-8" http-equiv="Content-Type"></meta><meta content="Word.Document" name="ProgId"></meta><meta content="Microsoft Word 11" name="Generator"></meta><meta content="Microsoft Word 11" name="Originator"></meta><link href="file:///C:%5CDOCUME%7E1%5CUsuario%5CCONFIG%7E1%5CTemp%5Cmsohtml1%5C01%5Cclip_filelist.xml" rel="File-List"></link><o:smarttagtype name="metricconverter" namespaceuri="urn:schemas-microsoft-com:office:smarttags"></o:smarttagtype><o:smarttagtype name="PersonName" namespaceuri="urn:schemas-microsoft-com:office:smarttags"></o:smarttagtype><style>
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<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR">Montevideo de mañana. Abro las cortinas, veo el río disfrazado de mar y soy más feliz que Ricardo Montaner. Mis amigos uruguayos se enojan porque siempre digo que es una ciudad nostálgica. “Es <st1:personname productid="la Buenos Aires" w:st="on"><st1:personname productid="la Buenos" w:st="on">la Buenos</st1:personname> Aires</st1:personname> del pasado, y al mismo tiempo, la que pudo ser”. Y empiezan los chistes sobre los porteños y nuestra soberbia a prueba de balas. Y todos reímos mientras tomamos medio y medio y grapamiel.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR">Nunca pensé que este síndrome del ombligo del mundo pudiera materializarse. La argentinidad al palo me llevó a subestimar mi condición de sudamericano y el realismo mágico propio del continente. Por estas tierras las personas levitan, el dinero desaparece, los curas tienen mil hijos y son siempre los mismos los que toman las decisiones importantes. Pero seguramente sea culpa de los europeos y los americanos (del norte).<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR">Vayamos a los bifes. Vuelvo del trabajo, camino por <st1:personname productid="la Rambla" w:st="on">la Rambla</st1:personname>, esquivo a los deportistas que corren y corren en sus calzas clima cool (¿de dónde carajo sacan las ganas?) y pienso en detalles profundos de mi existencia (¿pollo con ensalada o arroz primavera para la cena?). Abro la puerta del depto y me veo cocinando. <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR">No hay dudas, soy yo con un delantal blanco cubriéndome la camisa y pantalón de vestir, poniendo especial cuidado en no quemarme con la bandeja del horno.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR">Me invade una taquicardia sublime. No puedo hablar. Escucho a Dios pidiendo que me calme; sólo es Tinelli gritando desde <st1:personname productid="la TV" w:st="on">la TV</st1:personname> del living. Mi otro yo percibe mi rostro pre infarto y me pide que me siente. <i>Debés venir cansado del laburo</i>. Trago saliva y le pregunto quién es. <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin-left: 36pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span lang="ES-AR">-<span style="font-family: "Times New Roman"; font-size-adjust: none; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal;"> </span></span><span lang="ES-AR">Soy la imagen que tenés de vos mismo.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-left: 36pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span lang="ES-AR">-<span style="font-family: "Times New Roman"; font-size-adjust: none; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal;"> </span></span><span lang="ES-AR">Con razón esos tubos.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-left: 36pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span lang="ES-AR">-<span style="font-family: "Times New Roman"; font-size-adjust: none; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal;"> </span></span><span lang="ES-AR">Siempre zafás de todo con el humor, dice riendo. Pero no estás tan lejos de la verdad. Fijate que no tengo tus arruguitas cerca de los párpados. Ni esa cicatriz a la altura del pómulo. Y esto de acá es una tabla de planchar en serio –agrega, mientras se pega en los abdominales-. Se ve que te querés mucho. No ves tus defectos más obvios. Y yo vengo a ser la prueba de eso.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-left: 36pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span lang="ES-AR">-<span style="font-family: "Times New Roman"; font-size-adjust: none; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal;"> </span></span><span lang="ES-AR">Todo muy lindo, pero de dónde mierda saliste y qué hacés en mi casa -trato de parecer firme, pero me tiembla la voz. <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-left: 36pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span lang="ES-AR">-<span style="font-family: "Times New Roman"; font-size-adjust: none; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal;"> </span></span><span lang="ES-AR">A mí no me preguntes. Sé lo mismo que vos. Pero andá acostumbrándote a tenerme por acá. No te va a venir mal.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR">Y ahí empezás a pensar que enloqueciste de golpe. O que tenés una pelota de tenis creciendo en tu cabeza. Pero no ganás nada revolviendo viejos libros de Freud. Tratás de ver el vaso medio lleno. Al final de cuentas, el sueño de todos se te hizo realidad. Te dividiste en dos y ganás en tiempo y comodidad. La imagen de mí mismo cocina de maravillas.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR">Al otro día mi amiga Vero viene de visita. Ella tuvo la idea de que aceptase este laburo en Montevideo. Ella me va a sacar este quilombo de encima. Y me va a decir si estoy para el loquero o para el Premio Nobel. <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR">Paso a buscarla por la terminal de Buquebus (o <st1:personname productid="La Empresa Dueña" w:st="on"><st1:personname productid="La Empresa" w:st="on">La Empresa</st1:personname> Dueña</st1:personname> del Río de <st1:personname productid="la Plata" w:st="on">la Plata</st1:personname>, con Duty Free Abordo). Está igual que siempre. O más flaca. Me mira y me abraza. Logré el trabajo de sus sueños. Y me admira por eso. Pero era su sueño, no el mío. Yo quería quedarme en Baires. Con los porteños agrandados como yo. Pero Vero sonríe y por un segundo siento que todo está bien.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin-left: 36pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span lang="ES-AR">-<span style="font-family: "Times New Roman"; font-size-adjust: none; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal;"> </span></span><span lang="ES-AR">Vero, no te asustes, pero tengo a la imagen de mí mismo viviendo en mi casa.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-left: 36pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span lang="ES-AR">-<span style="font-family: "Times New Roman"; font-size-adjust: none; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal;"> </span></span><span lang="ES-AR">Whatttt??<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-left: 36pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span lang="ES-AR">-<span style="font-family: "Times New Roman"; font-size-adjust: none; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal;"> </span></span><span lang="ES-AR">Sí, apareció anoche. No me preguntes cómo. Ayudame, estoy asustado y no entiendo nada. Esto no puede estar pasando.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR">Con su sabiduría de mujer me tranquiliza. Llegamos a casa. No había nadie.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin-left: 36pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span lang="ES-AR">-<span style="font-family: "Times New Roman"; font-size-adjust: none; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal;"> </span></span><span lang="ES-AR">¿Viste, boludo? Te habrás tomado un medio y medio<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-left: 18pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR">No tuve tiempo de responder. Mi otro yo abrió la puerta de calle con las bolsas del súper. Saludó como si nada. Y llevó las cosas para la cocina. <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR">Vero no lo podía creer. Lo siguió y empezó a interrogarlo como si fuera del FBI. Y llegó a la conclusión de que el asunto iba en serio. <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin-left: 36pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span lang="ES-AR">-<span style="font-family: "Times New Roman"; font-size-adjust: none; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal;"> </span></span><span lang="ES-AR">Al menos podemos confirmar que no es producto de tu imaginación, pero esto requiere un estudio más profundo –afirmó, con precisión científica.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR">Vero se obsesionó con el tema. Comenzó a pasar mucho tiempo con él. Sostenía que era la única forma de obtener la información que necesitábamos para desentrañar el problema. Iban a la playa, paseaban por Ciudad Vieja, comían pizza cuadrada. Pero ni una respuesta que pudiera dar cuenta de lo que estaba pasando.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR">Vero no tardó demasiado en decirme que estaba enamorada de mi imagen.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin-left: 36pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span lang="ES-AR">-<span style="font-family: "Times New Roman"; font-size-adjust: none; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal;"> </span></span><span lang="ES-AR">Tiene lo mejor de vos y ni uno de tus defectos. No te hablo sólo a nivel físico, que sería lo más obvio. El tipo es súper inteligente, maneja una variedad de temas increíbles, tiene una sensibilidad especial con las mujeres, me hace reír, es una fiera en la cama<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-left: 36pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span lang="ES-AR">-<span style="font-family: "Times New Roman"; font-size-adjust: none; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal;"> </span></span><span lang="ES-AR">¿Qué? ¿En qué momento Vero?<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-left: 36pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span lang="ES-AR">-<span style="font-family: "Times New Roman"; font-size-adjust: none; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal;"> </span></span><span lang="ES-AR">No es lo que importa ahora. Solamente quería que te enteraras por mí. Te felicito. No creo que haya una persona con mejor imagen de sí mismo que la que vos tenés.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR">Sentí que se me abría el pecho. Decidí regresar a Buenos Aires al día siguiente. Mi imagen me llevó hasta el puerto en un <st1:metricconverter productid="0 km" w:st="on">0 km</st1:metricconverter>. Había empezado a ir a la oficina por mí y lo ascendieron enseguida.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin-left: 36pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span lang="ES-AR">-<span style="font-family: "Times New Roman"; font-size-adjust: none; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal;"> </span></span><span lang="ES-AR">Gracias por dejarnos el depto. Sabés que estoy para lo que necesites.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR">¿Qué podía reprocharle? El tipo era un encanto de persona.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR">Nunca en mi vida supe lo que era la depresión. Pero llegué a Puerto Madero con ganas de terminar todo. Entendí a muchísimos amigos y familiares que se quedaban en sus camas esperando que el mundo terminase. No tenía ganas de nada.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR">Vero me había dado las llaves de su casa. Vendí todo cuando me fui a vivir del otro lado del charco y no tenía dónde ir. Pensé en mis compinches uruguayos, pampeanos, rosarinos, cordobeses. Siempre se quejaban de nosotros los de <st1:personname productid="la Capital" w:st="on">la Capital</st1:personname> y yo no les hacía caso. <i>La única forma que pierdas es jugando contra vos mismo, porteño</i>, me decían. Qué manera más cruel de aprender la lección.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR">Abrí la puerta con la esperanza de encontrar un revólver en algún cajón o un asesino a sueldo disponible. La oscuridad de mi pensamiento chocó contra las luces prendidas del living. Vero me estaba esperando. <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin-left: 36pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span lang="ES-AR">-<span style="font-family: "Times New Roman"; font-size-adjust: none; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal;"> </span></span><span lang="ES-AR">Pensé que no llegabas más. Ya está lista la comida, apurate –dijo con dulzura.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-left: 36pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span lang="ES-AR">-<span style="font-family: "Times New Roman"; font-size-adjust: none; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal;"> </span></span><span lang="ES-AR">Vero, no lo puedo creer –llegué a balbucear, sorprendido.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-left: 36pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span lang="ES-AR">-<span style="font-family: "Times New Roman"; font-size-adjust: none; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal;"> </span></span><span lang="ES-AR">No soy Vero. Soy la imagen que tiene de sí misma. Pero eso no importa ahora. Cenemos rápido y vayamos para la cama. Hace frío y quiero cucharita.<o:p></o:p></span></div>El Varón de Bairesburghhttp://www.blogger.com/profile/10056883381934587051noreply@blogger.com27tag:blogger.com,1999:blog-1196065551987265512.post-1970824782666409812010-07-06T00:33:00.001-03:002010-07-06T00:33:50.861-03:00La estrategia de Dana<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhxQeHcQ5PNhRzCVoye4_uLbCOoolpcRDyOrm-O0R5axb6JpfUgqwTHld5HT8hzjrdWmlFqJIN2ro5T2DTlccFRGuV5Bpk2oc_VZWl8i1yRGevrUF7PGVJJgAf2vl_Mq_oPIKQo8ffP4hQ/s1600/abogacia.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhxQeHcQ5PNhRzCVoye4_uLbCOoolpcRDyOrm-O0R5axb6JpfUgqwTHld5HT8hzjrdWmlFqJIN2ro5T2DTlccFRGuV5Bpk2oc_VZWl8i1yRGevrUF7PGVJJgAf2vl_Mq_oPIKQo8ffP4hQ/s320/abogacia.jpg" /></a></div><br />
<br />
<meta content="text/html; charset=utf-8" http-equiv="Content-Type"></meta><meta content="Word.Document" name="ProgId"></meta><meta content="Microsoft Word 11" name="Generator"></meta><meta content="Microsoft Word 11" name="Originator"></meta><link href="file:///C:%5CDOCUME%7E1%5CUsuario%5CCONFIG%7E1%5CTemp%5Cmsohtml1%5C01%5Cclip_filelist.xml" rel="File-List"></link><o:smarttagtype name="PersonName" namespaceuri="urn:schemas-microsoft-com:office:smarttags"></o:smarttagtype><style>
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<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR">Dana lo observó mientras dormía desde el otro lado de la cama. Un cuarentón bien conservado. Rostro sobrio, maxilar de líneas matemáticas y un cuerpo salido de un comercial de gimnasio. Un aire al Cristiano Ronaldo del tercer mundo que todos deseamos ser.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR">Dana estudia hace años para abogada. Siempre está a 5 materias de recibirse. Siempre 5 para el peso. En el medio labura, sale, se divierte. No tiene mambos con las relaciones ocasionales. Predica filosofía de Woody Allen. <i>El sexo sin amor es una experiencia vacía. Pero como experiencia vacía es una de las mejores.<o:p></o:p></i></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR">Pasó los 25 y se dio cuenta que la mitad de los sueños que tenía al terminar el secundario se perdieron en algún rincón de su alma. O en un café de estación de servicio. <i>Se te viene abajo la fantasía y encontrás facturas debajo de la puerta, amigas de msn, referentes que ya no están y gente que quiere aprovecharse de vos.<o:p></o:p></i></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR">Viene un examen importante pero Dana no toca un libro. Pasa el fin de semana en predio de Costanera, exposición de autos, uniforme de promotora y sonrisa Colgate. Entiende que el cuerpo es arma, recurso y motivo. En su libro de verdades, las ideas, los billetes y las necesidades precisan de cuerpos a la altura de las circunstancias. Y el de ella es dureza absoluta.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR">Dana tiene puesto un casete que repite ante chamullos busca cama: <i>estudio, Almagro, 27, no sé, tendría que pensarlo. </i>Hace del histeriqueo una forma de vida. El alquiler no se paga solo.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i><span lang="ES-AR">Los santos están en el cielo, mamita</span></i><span lang="ES-AR">, se repite a sí misma. Pero cualquiera podría decir que sus palabras también son un escudo, un envase más fuerte que la piel y las piernas. Atrás hay fragilidad, azul frío, cierto temor por lo que se viene. Quizá por eso eligió Abogacía. Una manera de equilibrar la balanza, ponerle un poco de justicia a la vida y luchar contra esos recuerdos tristes y borrosos del pasado que se cuelan ciertas mañanas de lluvia.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR">Dana le puso aviso fúnebre a la poesía y enterró el romanticismo en el fondo del mar. O de un establo mal cuidado, para evitar cualquier vestigio de frase melosa. Ella no ve madres jugando con sus hijos, sólo mujeres que no se cuidaron. <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR">Los besos no expresan sentimientos. Para Dana son meras transiciones al servicio de una necesidad biológica superior. No entiende a la gente que se enamora. Porque el amor no existe, lo que existe es la soledad. Pero al sistema le conviene que la gente juegue a la casita, saque una hipoteca y se divorcie. De los mismos creadores del matrimonio llegan el Día del Padre, <st1:personname productid="la Madre" w:st="on">la Madre</st1:personname>, el Niño y el Espíritu Santo, amén. <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR">Nihilismo en estado puro. Siempre un libro de Nietzsche en la mesita de luz. <i>Porque aquél que tiene un porqué para vivir se puede enfrentar a todos los “cómos”. </i>Y esta chica se ha caído mil veces. Le han tirando con balas de plomo. Ha remado en la tormenta. Y se ha vuelto a levantar. Por el coraje y por las gomas la han comparado alguna vez con Moria Casán.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR">Llega el día del famoso examen. Como toda estrella, Dana aparece casi sobre la hora, top line de menta, Stevie Wonder en los oídos. Vecinas de banco preguntan si estudió. <i>Todo, </i>responde a lo Julieta Prandi. Lo cierto es que sólo sabe el nombre del autor.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR">Entra el profesor suplente a tomar el final. Casi nadie en el aula lo conoce. Rostro atractivo, juvenil, romboide. Alguna voz femenina susurra el pensamiento que flota en el aire. <i>Es Cristiano Ronaldo con canas, lo mato.<o:p></o:p></i></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR">Dana levanta la mirada y guiña un ojo. Cristiano abogado sonríe. La futura doctora planificó su estrategia, hizo su investigación y averiguó el reemplazo de Arismendi. Se lo cruzó por accidente vestida de promotora. Si eso no merece un 10, el país está perdido.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR">Dana está a 4 materias de recibirse. 4 para el peso. Comienza a ver luz al final del túnel oscuro que es su vida. <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR">En casa, vuelve a su lectura preferida con cierto optimismo. Friedrich grita desde sus páginas que <st1:personname productid="la Esperanza" w:st="on">la Esperanza</st1:personname> es el peor de los males, pues prolonga el tormento del hombre. Pero ella es mujer y sólo piensa en Esperanto. El profe de Derecho de Familia es habitué. Y tiene un aire al Pipita Higuaín.<o:p></o:p></span></div>El Varón de Bairesburghhttp://www.blogger.com/profile/10056883381934587051noreply@blogger.com26tag:blogger.com,1999:blog-1196065551987265512.post-18756150204479035952010-05-30T00:16:00.002-03:002010-06-04T00:18:22.599-03:00Marcas<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjMwGTzwIZNsZKq7RImrNPaCyftpjsgYA3VQUU6bsz5J7vZ2wX7zXSzEnvBfQ2Lb9gSzQnWPDAom1-NJCeHFilPkY3PCidINxr09b2hDwGTp2lsiqLxl9CYZq3sq92drNphFSZ5jf-nJpE/s1600/marcas.gif" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjMwGTzwIZNsZKq7RImrNPaCyftpjsgYA3VQUU6bsz5J7vZ2wX7zXSzEnvBfQ2Lb9gSzQnWPDAom1-NJCeHFilPkY3PCidINxr09b2hDwGTp2lsiqLxl9CYZq3sq92drNphFSZ5jf-nJpE/s200/marcas.gif" width="166" /></a></div><br />
<br />
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<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR">Alguien dijo que no podemos concebir otra manera de pensar y ver el mundo porque nos implantaron el capitalismo desde la cuna. Y ahí nomás brotaron los primeros recuerdos de mi niñez. Un helado de Frigor. Los bizcochos Canale. El Terrabusi glaceado. Mi Mc Tostado. El Merthiolate de los primeros golpes.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR">Crecés un poco, besás a la chica de tus sueños en 5° grado y sentís el gustito Beldent extra menta de la victoria. Comprás tu pelota Penalty para jugar con tus amigos y ahorrás para tu primer Polo Ralph Lauren. <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR">Marcas everywhere. Y así como sin tetas no hay paraíso, sin plata no hay productos para comprar. Pero somos rebeldes y nos gusta lo gratis. Entonces aparecen otras marcas: </span>las del alma, las del cuello, las del corazón. Porque una persona te marca, ciertos momentos te marcan, un jugador contrario te marca. Te ponés nervioso cuando marcás su número. Y hay determinados hechos en tu vida muy puntuales, muy locos. Y adivina qué. Sí, marcan un antes y un después.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Y acá es donde voy a profundizar. Llegué a casa y vi los sobres tirados por debajo de la puerta. Entre impuestos y promociones, una carta de verdad. De las que sobreviven al e-mail. La copio textual:</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Querido Richard,</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Los años pasaron, nuestras vidas también. Y por más que no estemos en contacto, la amistad que nos unió ha dejado huellas imborrables en mí. Y supongo que te debe pasar a vos también. Con sólo decir Mar del Plata, rubia y morocha, negro el 11 y partidito en lo de Omar, se te deben venir a la mente sólo algunas de las historias que supimos compartir. </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Distraigo esa segura mueca de nostalgia en tu rostro por un instante y te pregunto ¿cuánto nos quedará? ¿10, 15 abriles? Entonces por qué no decirte lo que tengo atragantado hace tiempo. Lo que vos sabés a la perfección y decidís olvidar cada mañana para vivir libre de culpa.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Cuando vimos a Adriana por primera vez nos quedamos pasmados. Los dos con nuestros mejores trapos en el boliche de siempre. Recién salíamos de la dictadura y no podíamos entender que aún quedaran ángeles en este país. Y aparece esta chica, nos dice algo y sigue caminando con su amiga.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Me acuerdo como si fuera ayer. Te pedí que me tuvieras la birra y te grité al oído que hay bellezas que atraen y bellezas que enamoran. Y esta mujer tenía una mezcla de las dos. Y la fui a buscar. Pero para qué te explico, si vos estabas ahí.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Sabías como era yo. Me había enamorado. Como siempre. Como nunca. Porque realmente sentí que Adriana era la persona con la cual quería formar una familia. No sé cómo saltamos a la parte en que me decís, un par de meses después, que estás saliendo con ella. Pero te juro que te quise matar. Me clavaste un puñal y lo retorciste bien adentro. Rompiste mi vida en dos, me <u>marcaste</u> para siempre (<i>subrayo, tal como aparece en la carta). </i>Fue el principio del fin de nuestra relación.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Pero no quiero dejar este mundo sin contarte una verdad. Porque te merecés saber y sufrir. Mi primera vez no fue a los 17 en aquel cabaret de Juan B. Justo al que fuimos con el Facha y el Cordobés. Fue a los 16 y en tu casa. </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Llegué y no estabas. Tu vieja me dijo que volvías en una hora y que podía esperarte ahí. Me sirvió algo de tomar en la cocina. Tenía una bata azul. Y ropa interior de encaje. Tomó mi mano y la ubicó en su entrepierna. Entre gemidos, desnudó sus pechos y me amó con maestría. Te ahorro los detalles. Juré mantener el secreto y así lo hice. Ahora que ella no está entre nosotros puedo hablar con libertad.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">No tenés forma de corroborarlo, pensarás. Pero es la pura verdad. Y en el mejor de los casos, te vas a llevar la duda a la tumba.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">La vida es un bumeran. Me jodiste, me arruinaste. Pero la venganza es un plato que se come frío. Y esperé una vida para este manjar.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Saludos a Adriana y a los chicos.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin-left: 106.2pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">El Bocha</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Cuando terminé de leer sentí un yunque en la cabeza. Hace años que papá no vive en este departamento, pero se ve que Bocha no tiene actualizada su dirección. De un momento para otro me entero que mis viejos formaron parte de un triángulo amoroso y que mi abuela fue la reencarnación de Mrs. Robinson de El Graduado.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Agarré la cajita de Fragata y prendí el mejor fósforo. Me aseguré de quemar hasta la última palabra. Porque el bypass de mi viejo no resistiría semejante primicia. Una cosa son las marcas y otra las cicatrices que no cierran. Prefiero bancarme esta supuesta realidad por las mías. No es mi rollo, puedo con él.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Trato de aprender a cada paso. Y esto me enseña que todo hombre quiere marcar territorio, prolongar su existencia más allá de los días. Pero mejor dejar la inmortalidad a los próceres del Bicentenario. Voy por un frapuccino en Starbucks. Me encuentran en el Black (berry).</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;">(Imagen extraída de <a href="http://teobaldopower.org/libretadeeconomia/wp-content/uploads/2008/04/marcas.gif">aquí</a>) </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div>El Varón de Bairesburghhttp://www.blogger.com/profile/10056883381934587051noreply@blogger.com23tag:blogger.com,1999:blog-1196065551987265512.post-19123988471948155892010-05-15T15:14:00.001-03:002010-05-15T15:16:09.392-03:00La posta<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgg8gt2KYScADMs3o79OKCKubHzAa8Em_itfjBjJMzUFcGhJXbdBlJk5GlgEWeQ1wjdb_npvMule7E9gl3wTzykPrJO8x2lKvYBFJY8X4XwpBsSi7Rn9e0jEoJFFyQ_iSllpRPJtIj2u5g/s1600/quien-soy-yo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgg8gt2KYScADMs3o79OKCKubHzAa8Em_itfjBjJMzUFcGhJXbdBlJk5GlgEWeQ1wjdb_npvMule7E9gl3wTzykPrJO8x2lKvYBFJY8X4XwpBsSi7Rn9e0jEoJFFyQ_iSllpRPJtIj2u5g/s320/quien-soy-yo.jpg" /></a></div><br />
<br />
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</style> <br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR">La gente tiene la firme convicción de que soy el protagonista de todos los cuentos. Por la calle, en el trabajo, en los bares. Surgen las preguntas. ¿Tenés una novia en Facebook? ¿Dejaste embarazada a tu chica? ¿Creés en las metáforas, en Dios, en el capitalismo o el socialismo?<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR">Me repiten frases que escribí y olvidé. Me doy cuenta cuando el guiño cómplice no encuentra mi sonrisa y choca contra el desconcierto. Y digo, ahhh, sí, jaja.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR">En estas líneas dejo en claro que todo es ficción. Para bien o para mal, la imaginación llega a los dedos y a las teclas. Y por un minuto te hace olvidar del tic tac. Por un minuto. Tic. Tac.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR">Acá es cuando un amigo me dice que lo que vende es cuando hablás de vos mismo. <i>Contá más de tu vida, quién sos, qué querés, por qué sos distinto, por qué tenemos que invertir nuestro tiempo en leer tus historias.</i> Y ahí se me vino el mundo abajo. <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR">Porque una cosa es escudarse en personajes. Pero cuando tenés que desnudarte ante el gran publico y los demás están vestidos, la situación cambia. <i>¿Querés vivir de esto o no? ¿Querés publicar un libro?</i> Así que aquí estoy. Dando la cara. Contando la verdad.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR">Empecemos por hechos que me definen como persona, como hombre frente al mundo: soy alto. Siempre lo fui. Preferible cola de perro que cabeza de ratón, me consolaba mamá. Ahora estoy de moda. Y las mujeres usan sus mejores tacos conmigo.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR">Si seguimos en esa línea, mi romance más fuerte fue con una de las chicas de Bandana. Me cantaba guapo, guapo en la intimidad y me sentía en un videoclip. Terminamos poco después de la disolución del grupo. Desapareció de repente y no la vi nunca más. Ustedes tampoco. Pero You Tube me la trae en las noches de soledad.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR">La tristeza me duró un par de días. Antes, en el medio y después aprendí a tocar el piano, la guitarra, a bailar salsa, a hablar inglés y portugués, a escribir cuentos y a hacer reír a la gente. Y algunas cosas más que me guardo para el libro.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR">Viajé bastante. Conocí personas de todo el mundo. Y descubrí que en el fondo todos queremos lo mismo. Y que nadie tiene todos los casilleros completos.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i><span lang="ES-AR">Contá lo más loco que te haya pasado</span></i><span lang="ES-AR">. <i>Sé sincero</i>. OK. Ubíquense en Roma. Museo del Vaticano. Capilla Sixtina. Un guardia me dice que no saque fotos. Asiento pero trato de sacar igual. Me invitan a retirarme. Camino por las calles, solo. Es de día, está nublado. Las murallas protegen a los enviados de Dios. Y los tanos y turistas salen de las alcantarillas.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR">Doblo por un callejón. Está oscuro, como mi cabeza y los 30 euros que se me fueron por vivo, criollo y sudaca. Creo que caminé unos 20 minutos en lo negro del pasaje. Me sentía en un laberinto de Borges. Pero vi una luz fuerte al final y volví a respirar. No estaba muerto, pero tampoco estaba en Roma. Salí a la plaza de Córdoba y Anchorena, en plena Buenos Aires, un sol de morirse. <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR">Los chiquitos jugaban en la arena y gritaban en español, reafirmando mi locura. Asustado, corrí en dirección al callejón. Tropecé contra la gente, pero continué, obstinado. Recuerdo la desesperación y no mucho más, sé que corrí con todas mis fuerzas. Lo siguiente que veo es un guardia del museo diciéndome que no sacara fotos. Obedecí y callé hasta ahora. Salí confundido. Por la obra de Miguel Ángel. Por mi sueño real. Porque saqué mi Ipod y volví a hostel. Por las segundas oportunidades, divinas o papales. Oscurecía en Europa. Y sonaba “Maldita Noche”. Googleala si no te acordás.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i><span lang="ES-AR">Nadie te va a creer. Volviste a escribir ficción. Con la diferencia de que esto es rebuscado y confunde al lector.<o:p></o:p></span></i></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR">Pero estoy contando la verdad. Sólo que de una manera más entretenida. No quiero aburrir a nadie.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i><span lang="ES-AR">OK, podemos decir que zafa. Pero no nos engañás, Varón. Cerrá con algo que deje al público pensando.<o:p></o:p></span></i></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR">No sé si impacta, sigo la mía. Tengo más dudas que certezas. No sé si hay un hilo conductor o nos estamos yendo al carajo. Y eso me desespera. No conocí el amor, pero creo que podría reconocer su perfume. Busco compañía, depto, familia. Quiero dejar un mensaje. Abrir puertas. Expresarme y soñar. Y que me paren por la calle y me pregunten si es verdad que estuve en Roma. O en el banco de la plaza de Córdoba y Anchorena. Si tuve una novia por Facebook. O si pasé por las etapas. <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR">Porque todos serían amigos. Como vos.</span><br />
<br />
<br />
<span lang="ES-AR"><span style="font-size: xx-small;">Imagen extraída de <a href="http://prosperados.com/wp-content/uploads/2009/12/quien-soy-yo.jpg">aquí</a></span> </span><br />
<span lang="ES-AR"></span><br />
<span lang="ES-AR"><o:p></o:p></span></div>El Varón de Bairesburghhttp://www.blogger.com/profile/10056883381934587051noreply@blogger.com25tag:blogger.com,1999:blog-1196065551987265512.post-67934581738954226522010-04-26T01:50:00.001-03:002015-10-03T14:30:51.913-03:00Mi novia de Facebook<link href="file:///C:%5CDOCUME%7E1%5CUsuario%5CCONFIG%7E1%5CTemp%5Cmsohtml1%5C01%5Cclip_filelist.xml" rel="File-List"></link><style>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiABIWeNnPS4d6jYbNCUBsUt5WVWII0Of9TRCiM4F6axq08GJun1Qw9J-Zf3cwyX0Y7n4x05I_pYwN2JxE7TLy8wEFnsuz9Fr6_rlKHHhN6MQXoUWxYL1Nwy5f1yKJSPIZZItWnFGQ00eg/s1600/facebook.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiABIWeNnPS4d6jYbNCUBsUt5WVWII0Of9TRCiM4F6axq08GJun1Qw9J-Zf3cwyX0Y7n4x05I_pYwN2JxE7TLy8wEFnsuz9Fr6_rlKHHhN6MQXoUWxYL1Nwy5f1yKJSPIZZItWnFGQ00eg/s320/facebook.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Para hacerla fácil y no entrar en tanto detalle la resumo así: tuvimos una historia fuerte, intensa, breve. Se ganó una beca y se fue a vivir a Italia. Y cuando las cosas se cortan de golpe te dejan con ganas de más. El viejo anhelo de lo imposible. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Sacamos nuevos disfraces del placard: nos convertimos en filósofos, historiadores, Sherlock Holmes. <i>Qué hubiera pasado si… creo que era el amor de mi vida…</i>Y más conclusiones por el estilo, llenas de puntos suspensivos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Mientras, la posmodernidad no te deja recuperar. Te pone una computadora enfrente y te abre una ventana hacia las vidas de los demás. Le importa un carajo que vos estés hecho pelota y en modo “olvidar”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">El sistema te lleva a espiar y rebobinar. Por eso te muestra las fotos, los videos, los comentarios y mails de ayer y hoy. Y lo que ella está pensando en este mismo momento. Ves sus imágenes con otra gente en Roma, en Milán, en Florencia. Y los tanos son bien facheros. Y europeos. Y se visten mejor. Y tienen un máster. Y ganan en euros. Y la abrazan por la cintura. Y vos acá. Entre clickear o no clickear.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Entrás en el juego de los mensajes en diferido, en la telaraña del chat, como si estuviera a la vuelta de la esquina. Tratás de tocar temas profundos, aunque sólo lográs hablar de Michael, Ricky, el clima allá, cómo está Buenos Aires, qué tal tu semana. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Le contás tus teorías más cotidianas y apelás a la nostalgia. <i>Los que en el bondi se ponen en la puerta de salida cuando en realidad no van a bajar son fascistas, buscaroñas y gozan con el sufrimiento ajeno. </i>Y leés un jajaja. Se te cae el mundo. Extrañás su piel. Y su manía de jugar con las luces de los telos. Para que la veas desnuda, pero no tanto.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Ella te sigue enviando sus escritos y cuentos en .doc. Y dejás en claro tu posición, sabiendo de sus continuas crisis:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span lang="ES-AR">C</span>reo que escribir este tipo de cosas es mejor terapia que cualquier pastilla. Que estás menos loca de lo que pensás (aunque lo estás, no te voy a mentir). Que hay mucho arte en vos. Y está muy bueno que lo dejes salir y lo compartas con el mundo.<br />
En este tiempo creciste un montón. Como escritora. Pero primero como persona. Si esto fuera un cuaderno de comunicaciones para tus viejos, pondría "vas bien, seguí así". Y dos caritas sonrientes.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Ella lo aprecia. Vos te sentís naif pero <i>conectado</i>.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Y un día, tras meses de sanar, casi acostumbrado a tu vida sin ella, te sorprende un email titulado “Vuelvo”. No me pregunten por qué, pero automáticamente pensás que es por vos. Y tu autoestima te acaricia. <i>Va a cruzar el océano para verme, para ver cómo sigue lo nuestro.</i> Y ella –o lo que vos interpretás de ella– envía las mismas señales. Las que confirman lo que pensás.</span><br />
<br />
<span lang="ES-AR"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Al tiempo estás en un bar de Devoto. Llueve, como siempre cuando están juntos. Ella pide el mismo daikiri y lleva el mismo perfume. Porque el tiempo no pasó. Le pusimos algodón con alcohol y cicatrizó solo. Y acá estamos, otra vez los dos. Sí, acá estamos. Contás un par de anécdotas graciosas, rememorás viejos tiempos.</span><br />
<br />
<span lang="ES-AR"></span><br />
<span lang="ES-AR"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Ella se ríe y después empieza a llorar. Te habías olvidado de esos detalles. Y vos seguís en la misma frecuencia idiota, como siguiendo un guión:</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i>Está muy bien que llores y te desahogues. Yo estoy. Lo único que después tenés que levantarte y salir a pelearla con más fuerza. ¿OK?<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Me abrazó. Lloró. Me observó, directo a los ojos. Y supo que no había leído su última actualización en Facebook. Mientras se secaba con mis Elite, me contó que estaba en una “relación complicada” con un italiano. En dos meses él se venía para acá a vivir con ella.<br />
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Como humano la escuché. Como hombre, me liquidó. Ya sin margen de reacción y medio abombado por el panorama, me mostró su Iphone: “M. está en un bar con su amigo D.”. Y un tal Alessandro “likes this”. En qué momento había tipeado. Desde cuándo era su <i>amigo</i>. El mundo se enteraba en vivo y en directo, incluso antes que yo, de mi eterna boludez. El europeo disfrutaba desde su casa. El colmo del ridículo.<br />
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Antes de “eliminarla” de mis “amigos” le saqué una foto a una licuadora y la etiqueté con su nombre. En el “caption” agregué: <i>es una fría y despiadada máquina que da mil vueltas y escarba profundo. Remueve cáscara y piel, sólo deja la pulpa. Ideal para frutas en estado de maduración.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
No sé qué habrá pensado ella, no le di tiempo. En lo que respecta a mí, mal no me fue. Lo sutil también es popular. Chequeá mi wall. 14 nuevas solicitudes de amistad. Todas mujeres.<br />
<br />
<br />
<span style="font-size: x-small;">(Imagen extraída de <a href="http://www.parejitalifestyle.com/wp-content/uploads/2008/03/facebook.jpg">aquí</a>)</span> </div>
El Varón de Bairesburghhttp://www.blogger.com/profile/10056883381934587051noreply@blogger.com26tag:blogger.com,1999:blog-1196065551987265512.post-77826836778985091672010-03-24T21:20:00.002-03:002010-04-01T15:41:39.835-03:00Reflexiones de un novio abandonado<meta content="text/html; charset=utf-8" http-equiv="Content-Type"></meta><meta content="Word.Document" name="ProgId"></meta><meta content="Microsoft Word 11" name="Generator"></meta><meta content="Microsoft Word 11" name="Originator"></meta><link href="file:///C:%5CDOCUME%7E1%5CUsuario%5CCONFIG%7E1%5CTemp%5Cmsohtml1%5C01%5Cclip_filelist.xml" rel="File-List"></link><o:smarttagtype name="PersonName" namespaceuri="urn:schemas-microsoft-com:office:smarttags"></o:smarttagtype><style>
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi74Tx_XumdyM9Xb3dgkMy_phyphenhyphenD0hWhLNRG0c232v_aJghZeqJLz6COSL38MZX5B4ZOQ24rsG_SWtKEvnKbqNWvw2WTjRWwRWbLbVK4WO6xq1rME96jekvGlfj9pczgOMJn_bVLBo8cHik/s1600/novio+abandonado.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi74Tx_XumdyM9Xb3dgkMy_phyphenhyphenD0hWhLNRG0c232v_aJghZeqJLz6COSL38MZX5B4ZOQ24rsG_SWtKEvnKbqNWvw2WTjRWwRWbLbVK4WO6xq1rME96jekvGlfj9pczgOMJn_bVLBo8cHik/s320/novio+abandonado.jpg" /></a></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i> Creo que nuestra relación terminó. </i>Me besó. Y se fue.<i><o:p></o:p></i></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Y todos los que alguna vez creímos en la eternidad entramos en la llamada Etapa 1. Nuestra autoestima se toma vacaciones y quedamos solos y desamparados. Hay un complot en nuestra contra y el mundo nunca pierde.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">El trabajo se vuelve más difícil. Los amigos no tienen la palabra justa. El dentista te hace doler más de la cuenta. Tu equipo de fútbol pierde todos los partidos.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Nada tiene sentido. Volvemos a sufrir cuando nos prometimos que no sucedería. Y otra vez a levantarnos cada lunes, como robots automatizados de ciudad pero con sentimientos. Y encaramos la rutina sin esa motivación extra que implica ser amado, necesitado y buscado por otra persona. </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Y a pesar de que el sol nos alumbra y los colores del arco iris brillan en Buenos Aires, las veredas, las avenidas y la gente se tiñen de gris. Como en una película de Gardel. Porque el tango lleva la dosis justa de melancolía y amor.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">En estos momentos, no podemos resistir el ver a una pareja feliz, a los besos, de la mano, como prescindiendo del resto de la gente. Sólo queremos dormir y mirar TV o leer Coelho. Y que pase rápido y se termine. Pero nuestra autoestima está de viaje. Y no va a regresar hasta dentro de un tiempo.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Vienen los signos de debilidad. El orgullo se tira al tacho y muchos se escuchan a sí mismos repetir las frases más derretidas de las películas:</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i>Sos la única que creía en mí. Quedate. Para siempre.</i> (Intento de aferrarse como sea a <st1:personname productid="la Etapa" w:st="on">la Etapa</st1:personname> 0).</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Las personas nos lastimamos demasiado. Herimos y nos hieren. Los especialistas dicen que el cuerpo no sufre, el proceso va por dentro. Yo digo que en estos temas del amor, la sangre es la lágrima. Y la medicina, el tiempo.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">El otro día hablaba con una amiga. Según <st1:personname productid="la Psicolog■a" w:st="on">la Psicología</st1:personname>, la energía que tenemos es pulsión sexual reprimida. La liberamos haciendo otras cosas, como bailar rock, trabajar como un loco o mirar el último capítulo de House. </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Surge entonces la pregunta. ¿Cómo enfrentar nuestra nueva condición de abstemios? ¿Cómo pedir con amabilidad lo que nuestro cuerpo reclama a gritos? ¿Vamos con un cartel en la frente que diga “disponible, poco uso, buen manejo en las curvas, palanca de cambios de 5 velocidades”?</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Llegamos entonces a <st1:personname productid="la Etapa" w:st="on">la Etapa</st1:personname> 2. La llamada búsqueda del ambiente y la compañía amigable. Entran en juego los boliches, las personas del pasado y hasta la fiesta de cumpleaños del hermano menor de tu amigo de la primaria. Caras frescas se buscan. Nuevos actores irrumpen en nuestras vidas. Y su papel es enamorarnos, besarnos, acostarnos, histeriquearnos o ignorarnos. Pero sobre todo, hacernos olvidar.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><st1:personname productid="la Etapa" w:st="on">La Etapa</st1:personname> 3 es la de recuperación. Puede ser el comienzo de una nueva historia. O la firme convicción de que se está mejor solo que mal acompañado. Generalmente es una instancia de reflexión. Todos llegamos a una conclusión que luego traicionaremos.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">En mi caso, ahora vivo sin etapas. Porque si pienso –y hablo– demasiado dejo de existir. Porque las fábricas de novios y novias deben seguir produciendo y firmé un contrato de confidencialidad con la empresa. Y porque importa más lo que sentimos que lo que verdaderamente ocurre. </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Cuando cuente hasta tres vas a olvidar todo esto y vas a salir a amar a alguien –hay que ganarle a China–. Mujeres atractivas e inteligentes, comunicarse con el autor a la brevedad. Consejo personal: no hagan de sus blogs un ambiente de Etapa 2.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Uno. Dos. Tres.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;">(Imagen extraída de <a href="http://www.golopark.com/catalog/images/JC403141-7650-Novia%20Con%20Novio%20En%20Brazos.jpg">aquí</a>)</span> </div>El Varón de Bairesburghhttp://www.blogger.com/profile/10056883381934587051noreply@blogger.com27tag:blogger.com,1999:blog-1196065551987265512.post-9163985089004520362010-02-27T00:53:00.001-03:002010-03-02T17:04:13.210-03:00Chicos<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhiUahBp8-WiGU-pkTP3Sa3FZ3rizPgJVK356N6bagwSwHaEgQ64ODNJUu5Hz7nx0lBONh75SFLQv97R3NpwKpfmZ7t3hnKvolVyLCj9wLG5Jc9EpOZqZwjSp36ti4ynq17PgxtNnIOQqs/s1600-h/bebes-casal.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhiUahBp8-WiGU-pkTP3Sa3FZ3rizPgJVK356N6bagwSwHaEgQ64ODNJUu5Hz7nx0lBONh75SFLQv97R3NpwKpfmZ7t3hnKvolVyLCj9wLG5Jc9EpOZqZwjSp36ti4ynq17PgxtNnIOQqs/s320/bebes-casal.jpg" /></a></div><br />
<br />
¿Viste esas madres que van con sus hijitos chicos por la calle y les hablan como enseñándoles para poder decirte cosas a vos? “Dejemos pasar al muchacho, sino nos va a llevar por delante”. “Achu chu chu chu chu”. Y uno se siente poco menos que insultado. <br />
Pero cómo ir en contra del diálogo de una mujer con su criatura. Cómo pelear contra la injusticia cuando la educación de un bebé está en juego. Y entonces dejo que piense que soy el malo. Y camino sin mirar, y me siento parte del proceso. Soy la mitocondria. Soy pi por radio al cuadrado. Soy un elemento de aprendizaje.<br />
Me acordé de esta idea la mañana del sábado pasado. Cuando salí de casa recién empezaba a amanecer. El cielo era de un celeste oscuro, la noche se resistía a morir. Me tomé el 150 y bajé en Santa Fe y Callao. La luna no rodaba ni había coros de astronautas.<br />
Pamela me estaba esperando. Entramos juntos al bar. 2 cortados y un tostado de queso y tomate. Estaba seria, supuse que era importante. Dijo las 2 palabras que más temía. Esa frase que se pega con Poxiran en el medio de tu cabeza y te recuerda cuán boludo fuiste:<br />
<br />
- Estoy embarazada.<br />
<br />
Y a los treinta segundos –o dos horas– un <i>quedate tranquilo, no es tuyo</i>. No sé qué me dolió más. Si mi hijo no deseado o saber que no era mío y que Pamela había estado desnuda con otro tipo haciendo esas cosas tan únicas, tan nuestras. Seré antiguo. No comparto el auto, no comparto la mujer.<br />
Ya en frío me puse a pensar. Nadie hubiera dicho nada de un tonto como yo. A duras penas terminé la secundaria. Y gracias a Ale, que me explicaba todo 1 hora antes del examen. Pero Pamela era diferente. Licenciada en Ciencia Política con honores. <br />
Mis amigos dicen que sacarse nueves en la UBA es para los genios. Los dieces son para los elegidos. Pamela era 10. Se estudiaba hasta las notas al pie. Llamale inteligencia, pasión por el estudio, capacidad de captar lo importante y de expresarse como Dios manda.<br />
Un ejemplo como ella, que ya trabajaba en el Congreso, que ya pensaba y vivía por sí sola. Que le ganaba discusiones a familiares, diputados y generaciones de oro. Una promesa como ella quedaba embarazada. Y ahí se te viene todo el mundo globalizado encima.<br />
No creo que haya sido porque no vio lo de “sin tricki triki no hay bang bang”. Información no le faltaba. Al fin y al cabo, somos de la década del 80. Hombrecitos y mujercitas de preservativo en bolsillo.<br />
No, esto fue premeditado. Un mensaje a alguien o a sí misma. Dijo todo sin decirlo. A mí me dijo que podía estar con otros hombres. A sus padres, que podía ser mamá y bancarselá. A sí misma, quién sabe. Yo creo que es así. Que habló sin decir nada. Y fue clarísima.<br />
Si me preguntan qué hice yo, no me juzguen. Ya les dije, soy un bruto educado a la antigua por familia trabajadora. Pero ante todo soy hombre. Y enfrente tenía una mujer. Ese bebé no va a nacer sin un padre. No va a ir por la calle con madres que tratan a la gente como fórmulas de superficie o partes de una célula.<br />
Me estoy preparando de a poco. Leo libros de especialistas, acompaño al médico y sobre todo, hago horas extras y laburo todo lo que me da el cuerpo. Porque no entenderé mucho, pero hay una cosa que no se discute: a ese chico no le va a faltar nada.<br />
. <br />
.<br />
<span style="font-size: xx-small;">(Imagen extraída de <a href="http://gifit0s.iespana.es/Imagenes/Fotos/Personas/bebes/bebes-casal.jpg">aquí</a>)</span>El Varón de Bairesburghhttp://www.blogger.com/profile/10056883381934587051noreply@blogger.com21tag:blogger.com,1999:blog-1196065551987265512.post-32953021189309395122010-01-09T21:21:00.000-03:002010-01-09T21:21:17.633-03:00La carta que espera<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj8KzlI3k3uhNXq3YCYBN5tsU00y6ZmQ-LzDCGvwTYEATp0UzntYHhZLQBz-wsNfcH1b9Dn9yGieHTSRZmL_8rvZgIb3tEnS0Wr1VftPHnDaAMngQPt0lSxlkmd2kv6Gsm4zD_0die3FM0/s1600-h/sobre.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj8KzlI3k3uhNXq3YCYBN5tsU00y6ZmQ-LzDCGvwTYEATp0UzntYHhZLQBz-wsNfcH1b9Dn9yGieHTSRZmL_8rvZgIb3tEnS0Wr1VftPHnDaAMngQPt0lSxlkmd2kv6Gsm4zD_0die3FM0/s320/sobre.jpg" /></a><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><meta content="text/html; charset=utf-8" http-equiv="Content-Type"></meta><meta content="Word.Document" name="ProgId"></meta><meta content="Microsoft Word 11" name="Generator"></meta><meta content="Microsoft Word 11" name="Originator"></meta><link href="file:///C:%5CDOCUME%7E1%5CUsuario%5CCONFIG%7E1%5CTemp%5Cmsohtml1%5C01%5Cclip_filelist.xml" rel="File-List"></link><o:smarttagtype name="PersonName" namespaceuri="urn:schemas-microsoft-com:office:smarttags"></o:smarttagtype><style>
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</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Un hombre sueña con el futuro. 2015 es el año. Plaza de Mayo, el lugar. Hagan cuentas, sale solo. Sí, año de elecciones. Pancartas, gente por todos lados. El hombre se sorprende de estar allí. Nunca participó en política. Nunca gustó de lo masivo, evitó cada recital internacional en estadios de fútbol.<o:p></o:p><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Desde el balcón de <st1:personname productid="la Rosada" w:st="on">la Rosada</st1:personname> habla un sujeto. Es joven, pasará por poco los 40. Traje impecable, sudor humano. El micrófono realza su voz. Con claridad, con firmeza, agradece el apoyo popular. Habla de porcentajes, habla de victoria.<o:p></o:p><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">En determinado momento, el tipo de traje abandona las frases repetidas. Rompe el protocolo. Dice haber encontrado una carta en un baúl viejo, de madera barnizada. “Procedo a leerla. Creo que vale la pena. Es la hora y el lugar”. Y comienza: <o:p></o:p><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i>Tengo la sabiduría de Borges en mi archivo de Word. Contemplo el mismo cielo que miró San Martín. Piso un Plaza repleta de historia, de muertos, de patriotas, de torres de paja recubiertas de cemento. Grito los mismos goles y canto el mismo himno que todo un pueblo. <o:p></o:p></i><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i>Vivo en crisis económicas constantes, veo bailar en la tv, leo las mismas páginas de los diarios, chequeo los mismos emails. Camino por calles afrancesadas. Y españolas. E italianas. Pero somos argentinos. De pura cepa, con defectos y virtudes.<o:p></o:p></i><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i>Quizá nuestro verdadero problema es que nos creemos menos que los demás. Como nuestra moneda, estamos devaluados. Llevamos una mochila de historia a cuestas. Tenemos cuerpos en el río. Bebés que no lloraron. Armas que siguen disparando. <o:p></o:p></i><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i>Pero también tenemos un destino de grandeza, un pueblo capaz, una tierra rica, un clima benigno, un socio estratégico. Y debemos confiar en que las nuevas generaciones no repetirán los errores del pasado. Ya los conocen, sabrán esquivarlos con sagacidad.<o:p></o:p></i><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i>Unámonos, argentinos. No salvemos nuestro propio pellejo. Salvemos el de todos. Mantengámonos juntos. Ayudemos a los que lo necesitan. No miremos para otro lado.<o:p></o:p></i><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">El hombre detiene su lectura. La plaza está en silencio. El que sueña observa extasiado a su alrededor. Nadie toca el bombo, nadie hace sonar los silbatos. El impacto es fuerte: las palabras, la dicción pausada, las verdades de una Nación tiradas al aire, todas juntas, simples, desnudas.<o:p></o:p><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Miles de rostros expectantes. No es preciso comentar. Sólo aguardar la siguiente oración. Y el de traje continúa:<o:p></o:p><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i>El último apartado es un mensaje especial para aquellos argentinos que tienen la responsabilidad de gobernar: sientan la calle, asesórense menos, caminen más, prediquen el ejemplo. ¡No olviden nunca que ustedes vienen del pueblo, son pueblo y administran para el pueblo!<o:p></o:p></i><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">La plaza rompe en aplausos. Miles de aplausos coordinados, simultáneos. Ojos vidriosos. No de alegría. De esperanza. Esta vez, fundada. Real.<o:p></o:p><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">El político retoma el micrófono. “Aún no he determinado quién ha escrito estas líneas”, dice. “Pudo haber sido mi padre, no lo sé con certeza. Pero ha llegado a mí y hago propias sus palabras. País, padre: haré de nuestra resurrección el propósito de mi vida. Confío en ustedes. Confíen en mí. ¡Vamos Argentina!”<o:p></o:p><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">La pasión es total. Se respira porvenir, cambios, compromiso.<o:p></o:p><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">El hombre que sueña deja caer una lágrima. Ya no sabe qué es real. En la vorágine, se convence de que está viviendo ese momento. Es parte del público, siente los empujones y la tinta de los libros de Historia.<o:p></o:p><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Vuelve a su llanto, a su emoción. Porque hacía rato que la política y sus exponentes habían dejado de significar algo para nosotros.<o:p></o:p><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Pero esta plaza es distinta. Y en palabras o pensamiento se comunica, dicta su sentencia: estamos con usted señor Presidente.<o:p></o:p><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">El hombre despierta confundido. Está en su habitación, lejos de políticos y plazas parlantes. Es 2010. Tiene 37 y vive en Monserrat. <o:p></o:p><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Un día se mudará y revolverá recuerdos en un sótano. Encontrará un baúl viejo, de madera barnizada. Una carta lo esperará en su interior. Y un destino marcará su futuro.<o:p></o:p><br />
</div><br />
El Varón de Bairesburghhttp://www.blogger.com/profile/10056883381934587051noreply@blogger.com17tag:blogger.com,1999:blog-1196065551987265512.post-83107136446567013082009-12-29T22:26:00.001-03:002009-12-29T22:26:12.490-03:00Más allá de los signos<meta content="text/html; charset=utf-8" http-equiv="Content-Type"></meta><meta content="Word.Document" name="ProgId"></meta><meta content="Microsoft Word 11" name="Generator"></meta><meta content="Microsoft Word 11" name="Originator"></meta><link href="file:///C:%5CDOCUME%7E1%5CUsuario%5CCONFIG%7E1%5CTemp%5Cmsohtml1%5C01%5Cclip_filelist.xml" rel="File-List"></link><style>
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<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEid_i9uV_797aInrzUfJ0oZST3BBvG4H2eZ7h5NMeOZgcD-KXoT-h4suFGPRWaEAgi0GSSkpk1ni3BrH9bGwnfzMkSC5rHwrpCCGNa39pW_ZQsCgjBJvlQKejLBCVoyZ143QNw16lriYvw/s1600-h/semi%C3%B3tica+1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEid_i9uV_797aInrzUfJ0oZST3BBvG4H2eZ7h5NMeOZgcD-KXoT-h4suFGPRWaEAgi0GSSkpk1ni3BrH9bGwnfzMkSC5rHwrpCCGNa39pW_ZQsCgjBJvlQKejLBCVoyZ143QNw16lriYvw/s320/semi%C3%B3tica+1.jpg" /></a><br />
</div><br />
<br />
<i><span lang="ES-AR">El lenguaje es una piel. Yo froto mi lenguaje contra el otro. Mi lenguaje tiembla de deseo. De aquí el éxito de los juegos de seducción, de la histeria, de los ojitos.</span></i><span lang="ES-AR"> Este tipo de citas y reflexiones arrojadas al vacío me producían más que admiración. Rodolfo, o mejor dicho, el “Rodo”, había entrado hacía poco al diario. No tardamos demasiado en hacernos compinches.<o:p></o:p></span><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR">Un tipo mayor, un galán maduro, un semiólogo que estudió en Francia con el mismísimo Roland Barthes. “¿Y qué carajo hace un semiólogo?”. “Leemos signos, nada más y nada menos”, respondía con naturalidad. Y era así. <o:p></o:p></span><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR">Podía descifrar estados de ánimo, embarazos ocultos y mentiras bien fundamentadas con sólo un cruce de miradas, un gesto de más, un texto personal, una reacción inadvertida por otros. Los abogados le tenían miedo. Los políticos, terror.<o:p></o:p></span><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR">Me adelantó la profunda depresión de Fernández, Jefe de la sección Policiales, 4 meses antes de su suicidio. Descubrió que la secretaria del Editor se acostaba con el abogado del diario. Y que el aparentemente perfecto Marconi tenía graves problemas con el alcohol.<o:p></o:p></span><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR">“¿Cómo hacés Rodo?”. “Son hechos palpables, son signos, están ahí todo el tiempo, sólo hay que saber mirar”. Y renegaba de su habilidad. “Hay momentos en que me gustaría estar ciego. Dejar de ver por un tiempo. Descansar de tanta información. Y la verdad es que no quiero enterarme de todo. Pero no lo puedo evitar”.<o:p></o:p></span><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR">Debía ser difícil para él. No era algo que podía elegir ni apagar con un botón. “Y estas canas que ves en mi cabeza no ayudan para nada. Lo que no sé por verlo, lo sé por viejo”, decía.<o:p></o:p></span><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR">Lo que sigue es mi historia. Vicky Crámer, periodista estrella de la redacción, se sirve un café en una máquina cercana a mi escritorio. Rodo sale con la primicia de que está perdidamente enamorada de mí. Intento disuadirlo, ella ni me conoce. Pero es imposible desconfiar de un hombre que todo lo ve.<o:p></o:p></span><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR">Con una fortaleza inusual, la invito al cine a ver la nueva comedia de moda. Para mi sorpresa, para mi confirmación, acepta. Y así comienza mi relación con una de las mujeres más deseadas del periodismo argentino. Una relación que ya lleva 3 años.<o:p></o:p></span><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR">Hace 2 meses nació Camila, nuestra hijita. Soy un padre feliz. No obstante, siempre tuve una pregunta atragantada; una duda que sólo podía despejar mi mujer. En relación con el tiempo, los signos, el origen. Simple curiosidad. “No, mi amor. Te tenía de vista, pero no sabía mucho de vos. No quería perderme una cita con un tipo tan seguro de sí mismo”, contestó una Vicky risueña, que nunca había imaginado una vida de jardín y chimenea junto a mí en la época del diario. Servirse café a mi lado no significaba deseo, pasión y locura. Tan solo era sueño, necesidad de estímulo, café. Signo lógico y fácil.<o:p></o:p></span><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR">Sin revolver el pasado, sólo echándole 2 de azúcar, salen las preguntas de rigor: ¿Rodo había pifiado? ¿Me había expuesto a un probable ridículo? ¿Había jugado una de sus habituales apuestas con los muchachos de Deportes? <o:p></o:p></span><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR">Lo próximo es él tomando una cerveza en mi casa. “¿El momento de la verdad, no?”, me preguntó de repente. “¿De qué hablás Rodo?”. “Ya sé qué me querés preguntar. Y aquí va mi respuesta. Hace 3 años vi que estabas enamorado de Vicky. Y te conozco lo suficiente para saber que ella podía enamorarse de vos. Sólo necesitabas un poco de confianza”. “Pero no estabas seguro”, retruqué, todavía sorprendido de que supiese exactamente de qué tema quería hablar.<o:p></o:p></span><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR">“No, señor. Seguro uno nunca está. Vos tampoco lo estabas, por más que confiabas en mí. El riesgo siempre está presente en las grandes hazañas de los hombres”.<o:p></o:p></span><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR">Puse una cara rara y estaba a punto de decir algo. Pero, cuándo no, Rodo se anticipó. “Y creo que todo salió bastante bien”, dijo, mientras miraba a Cami y jugaba con sus manitas. <o:p></o:p></span><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR">Vaya que sí, querido Rodo. Porque cuando no ves los signos, escuchás a tu corazón. Gracias por todo.<o:p></o:p></span><br />
</div><br />
El Varón de Bairesburghhttp://www.blogger.com/profile/10056883381934587051noreply@blogger.com17tag:blogger.com,1999:blog-1196065551987265512.post-90298579085237265732009-12-08T15:46:00.001-03:002009-12-08T17:06:10.587-03:00La coautora<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhSnw45V4VW_Ug7uux3cC4-DvSzeB_GISO5Je1FKBl4wpFhm0-JMpzFAf4eqvtH7DI5Os2u3Mr75YH71EWH47elmZTYVdtbf_079dlaPBmYDhoGidaZjDuTrKkfZ4_odGeTPwZP4fh_zEc/s1600-h/lapicera.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhSnw45V4VW_Ug7uux3cC4-DvSzeB_GISO5Je1FKBl4wpFhm0-JMpzFAf4eqvtH7DI5Os2u3Mr75YH71EWH47elmZTYVdtbf_079dlaPBmYDhoGidaZjDuTrKkfZ4_odGeTPwZP4fh_zEc/s320/lapicera.jpg" /></a><br />
</div><br />
<br />
<div style="text-align: justify;">Ella es flaca y se ve gorda. Es atractiva pero dice común. Se come el mundo y abunda en dudas. Ella es mi amiga Lorena.<br />
</div><div style="text-align: justify;">Yo soy escritor y hace un año no escribo. Agente, editorial, familia y conocidos. Todos esperan el nuevo material. Pero no sale nada. <br />
</div><div style="text-align: justify;">Es un bache intelectual, de esos que Macri no puede saltar. El cursor del Word titila desesperado. Pide palabras y no le doy. Todo está dicho. La originalidad es un plagio no detectado –y no lo pensé yo, fue W.R. Ince-.<br />
</div><div style="text-align: justify;">Lorena me viene a ver seguido. No se cansa. Todavía cree en mi supuesto talento. En mis épocas doradas. En el hombre que pude ser. <br />
</div><div style="text-align: justify;">Me cuenta que va a pasar Navidad sola en depto familiar de Mar del Plata. Me autoinvito. Pienso que nuestras respectivas crisis pueden chocar y neutralizarse. Argumento que el viaje será materia prima fresca para una historia que tengo en borradores –miento-. Y empiezo a joder: <br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">- Dale, vamos juntos Lore. <br />
</div><div style="text-align: justify;">- No sé Fer- y me mira pensativa.<br />
</div><div style="text-align: justify;">- Sí, vamos, vamos. Una sola condición: nada de sexo eh- digo en tono de chiste (aunque para las amigas mujeres no existan las bromas).<br />
</div><div style="text-align: justify;">- Quedate tranquilo, nunca abusé de vos- me sigue el juego.<br />
</div><div style="text-align: justify;">- Pero lo pensaste.<br />
</div><div style="text-align: justify;">- ¿Y desde cuándo te creés que leés mentes?<br />
</div><div style="text-align: justify;">- Desde que escribo cuentos de amor y tengo Facebook- sentencio.<br />
</div><div style="text-align: justify;">- Siempre me gustaron tus respuestas.<br />
</div><div style="text-align: justify;">- Qué sería de ellas sin tus preguntas.<br />
</div><div style="text-align: justify;">- OK, vamos a Mardel. Pero como amigos eh, fuera de joda.<br />
</div><div style="text-align: justify;">- Prometo un viaje 100% libre de erecciones. Llevo pasta de dientes.<br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">En La Feliz, el aire salado me noquea. Un frío inusual para la época nos mantiene en el departamento. La noche es Santa Cruz. El mar, un glaciar. Leo en el cuarto. Lore navega netbook en el living. Y como por arte de magia, fluyen ideas. Nuevas, rosaditas, entre llantos. Las anoto en hojas impares de un Gloria naranja. Llamo a Lorena con expectativa. ¿Qué opinás de esto para empezar un cuento acerca de la sobrevaloración? Y leo:<br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><i>El hígado tiene mala prensa. Todos hablan del centro de mi corazón, del pulmón verde de la ciudad. Pero nadie elogia al hígado y sus más de 500 funciones. Nadie aspira a conquistarlo, a robarlo, a llegar a él, a romperlo o curarlo. Nadie tiene agujeritos en el hígado. No es dibujado ni tatuado. El caso de Julián es algo parecido…</i>Y ahí arranca la historia- agrego.<br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Lorena fue determinante. <i>Es repugnante. Me da náuseas.</i><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Trato de digerir el golpe –aún en mi política hepática-. Sin estar muy de acuerdo, leo la segunda idea:<br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><i>Al contrario de lo que pensamos, los tipos con actitud ganadora, los que se las saben todas, no resultan tan atractivos para las mujeres. Prefieren al falible, al humano, al que está solo, al que sufre. Les aflora el instinto materno, la necesidad de arreglar lo que está roto.</i><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">“Poco original”, fue el comentario de Lorena. Y volvió al living y a las www.<br />
</div><div style="text-align: justify;">Ya desanimado y sin autoestima, acepto mi destino de narrador de segunda. Casi sin pensar, como un ejercicio inútil, escribo la historia de este pequeño viaje a la Costa. Desde el diálogo del principio (“nada de sexo, leer mentes, libre de erecciones”) hasta ahora. Velocidad de manos, se manejan solas. Llamo a Lore y leo en voz alta el texto tal cual lo han leído ustedes hasta aquí, con hígado y tipos con actitud ganadora incluidos. Sin variar una sola palabra. Siento que tiene sentido.<br />
</div><div style="text-align: justify;">Mi crítica preferida opina que es bueno. Que ahora estamos empezando a hablar. Que es raro leerse como protagonista. Y me pregunta cómo lo voy a terminar.<br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">- Y… eso depende de vos… ¿O no sos la coautora?<br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Entre risas suelta un “callate”. Envalentonado, arranco con inspiración:<br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">- Qué te parece un “y su amiga leyó la historia y le gustó, pero faltaba el final. Ahí Fernando tomó coraje, se acercó lo más que pudo y robó un beso de novela. Un beso que no se piensa, se siente. Luego, sin mediar palabra, ella se fue a la cocina. Miró el mar de Alfonsina en la ventana y supo que una amistad se había terminado. Quizás algo mejor estaba por venir”.<br />
</div><div style="text-align: justify;">- Suena lindo. Aunque ella también le pudo haber metido un bife tras el beso.<br />
</div><div style="text-align: justify;">- Es cierto. Pero tengo que terminar la historia. Y la gente necesita esperanza, no más pálidas.<br />
</div><div style="text-align: justify;">- Si ésta es tu forma de pedirme un beso, hacelo de una buena vez.<br />
</div><div style="text-align: justify;">- ¿Y después escribo lo de la cocina o lo de la cachetada?<br />
</div><div style="text-align: justify;">- Poné puntos suspensivos, tontín- dijo antes de besarnos sin tiempo. <br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Fernando tomó coraje, se acercó lo más que pudo y robó un beso de novela. O de cuento. Un beso que no se piensa, se siente. Un beso que no se preocupa por el después…<br />
</div>.<br />
.<br />
<span style="font-size: xx-small;">(Imagen extraída de <a href="http://yfrog.com/85pentopaperbypetethetwigjj1j">aquí</a>)</span>El Varón de Bairesburghhttp://www.blogger.com/profile/10056883381934587051noreply@blogger.com24tag:blogger.com,1999:blog-1196065551987265512.post-81499233606398383862009-10-25T22:27:00.004-03:002009-10-26T00:33:43.510-03:00Martina MetáforaSiempre admiré el modo en qué Martina me cuenta sus mil y una historias. Es de esa clase de personas que parece que escriben cuando hablan. Define sentimientos y situaciones con metáforas barrocas. Porque Martina no se enamora: cae rendida ante el nombre justo de la vida. <br />
Cuando corta, no analiza los motivos del fin de la relación: hace una autopsia de cada momento vivido. Martina sostiene que el que quiere estudiar al amor se queda siempre de alumno.<br />
Su jefe no es un capitalista a ultranza; simplemente dolariza sus convicciones. Los lunes no son horribles <span style="font-style:italic;">per sé</span>; sólo cuesta despertarnos de la pequeña muerte de cada domingo por la noche. Ah, y el fútbol no es la pasión de multitudes: es el espejo mágico en el que maquillamos nuestras frustraciones como seres humanos nacionales -<span style="font-style:italic;">y anotá nacionales y no racionales por favor</span>, me recalca con energía-.<br />
Una mujer inteligente también tiene problemas. Y como la mayoría de los argentinos, Martina decide iniciar terapia. <br />
Tras meses de viajes a la infancia ida y vuelta con desayuno, lágrimas que son agua y van al mar, procesos reflexivos internos y paellas de emociones (en palabras de Martina), resulta ser que en este caso el culpable no tiene nombre de mujer: la madre es inocente. Según el psicólogo Ricardo, el que la traumó fue el padre, enterrado hace años en cementerio de zona norte.<br />
Escucho a Martina con una paciencia infinita. Obedezco a su necesidad de abrir el corazón y encerrar al cerebro:<br />
<br />
- Mi viejo tenía el don de hacernos miserables a todos. Bastaba una postura, una mirada, una cara al volver del trabajo. Ni que hablar si empezaba con insultos- <span style="font-style:italic;">y cierra con un par de sentencias de las suyas</span>-. - Te digo que no le faltaba ningún jugador. Solamente el arquero. Ah, y estoy saliendo con el psicólogo.<br />
<br />
Así era Martina. Una caja de sorpresas. Una metáfora hecha persona. Por eso fue que tomé con naturalidad cuando tres meses después me dijo que estaba embarazada. Y esa conversación telefónica sí que fue larga.<br />
Ricardo no se había mostrado muy contento con la noticia. “Y además dice que proyecto en él la imagen paterna. Como que él tiene que cuidarme por todo lo que no me cuidó mi viejo. Que lo cargo de responsabilidades. Y que por eso pasa todo esto”. <br />
No quise meterle más manija. Pero entre nos, Ricardo tenía algo de razón. Se parece al viejo. Es una extrapolación de su hijaputez.<br />
Menos mal que el tiempo pasa. Curó un poco las heridas. Martina se estabilizó y cría a Mati con mucho amor. De Ricardo sólo ve un cheque el día 5 de cada mes.<br />
Hace poco estuve con madre e hijo. Se los ve muy bien, el pibe tiene personalidad, ya terminó el jardín. Como una metáfora de la vida de Martina, de su relación con los hombres, de su odio por el fútbol, Matías le salió fanático de Racing. Y ante la contratación del mega popular entrenador alemán del equipo, Martina pensó en voz alta: <span style="font-style:italic;">pobre Academia, está condenada al fracaso.</span><br />
Y Matías, con sus 5 añitos, con su vocecita ingenua, con su inocencia preescolar y su ignorancia completa a nivel sexual, respondió al mejor estilo materno y en nombre de Dios, con un profundo grito de enojo: <span style="font-style:italic;">mamá, ¡seguila chupando!</span>El Varón de Bairesburghhttp://www.blogger.com/profile/10056883381934587051noreply@blogger.com30tag:blogger.com,1999:blog-1196065551987265512.post-1729792013828066902009-10-11T16:50:00.000-03:002009-10-11T16:51:37.617-03:00Reglas de convivenciaStella, chica refinada, paradigma del glamour, habitué de boliches top y música by DJs.<br />Walter, como se dice en el barrio, un toque más guarro. Viveza criolla, fútbol y chori, cuartetazo de corazón.<br />Alguna noche se conocieron en un rincón de Buenos Aires. El flechazo pudo más y al año compartían 2 ambientes con balcón en Almagro. <br />Al tanto del estilo de Walter, Stella estableció reglas de convivencia claras. <br />El que cocina no lava; antes de abandonar el toilette, fósforo o Lysoform fragancia aires de montaña; post ducha, cero pelos en la rejilla; hacer la cama antes de partir a la mañana; si se llega tarde –por reunión laboral o cena con amigos– se avisa con la debida antelación. And last but not least, levantar la bendita tabla del inodoro.<br />Walter respetaba, con mucha dificultad. Cada tanto algún desliz. Y la ira de Stella. Y el <span style="font-style:italic;">ya te lo dije</span>. Y el <span style="font-style:italic;">no podemos vivir así, en la roña total</span>. Y mucho más por el estilo. Sobre todo cuando el día de ella en la oficina había sido complicado.<br />Los límites son importantes. Impiden pasar al otro lado sin el debido permiso. Como la velocidad en las calles. Como las fronteras de los países. El tema es que Walter tenía el pasaporte al día y frenos ABS. Y lo prohibido tienta más.<br />En pocas palabras: Stella llegó antes de lo previsto del reencuentro con las chicas del secundario. Si lo encontró a Walter en boxer fue porque cerró la puerta de entrada muy fuerte, lo que le dio tiempo a una mínima reacción. La chica no tendría más de 21 años. Y las tetas operadas. Escándalo total. <br />La falta de tacto de Walter se hacía notoria en este tipo de situaciones. <span style="font-style:italic;">Tampoco es para tanto. Las reglas no decían nada en contra de esto</span>, atinó a comentar. La separación fue inmediata.<br />Y Stella volvió a su soledad. El sueño del marido y el hijo aplicado se desvanecía en la e azul del Explorer. Porque todos buscamos distraernos, no pensar en lo que nos hace mal. Y en su caso, el refugio era Internet: las canciones de You Tube, las fotos de los desconocidos de Facebook, las noticias de los diarios online. Hasta el blog del Varón.<br />Tuvo algunas salidas con otros hombres. Pero la montaña se hace cuesta arriba cuando hay que empezar de cero otra vez. No podría soportar otro “conocer a sus padres”, otro primer aniversario, otro viaje a Mar del Plata como prueba de convivencia. Ni siquiera hacer la fila del cine. O tener que escuchar la chicharra corta turnos en el hotel alojamiento (no llevaría a nadie a su ex nidito de amor).<br />Típico de comedia romántica, típico de vida real. Stella empieza a extrañar a Walter. Siente que su destino es con él. La existencia no tiene el mismo sentido sin esos platos sucios en el fregadero, sin esas gotitas en el inodoro, sin esa presencia bruta, masculina, sexual, sin dormir en su pecho.<br />El teléfono de Wally no tardó en sonar. Charla breve para problema grande. Decidieron volver a intentar. Pero ignorar el orgullo tiene su precio. <br />Es claro, algunas cosas cambiaron. Ahora las reglas las pone Walter.El Varón de Bairesburghhttp://www.blogger.com/profile/10056883381934587051noreply@blogger.com13tag:blogger.com,1999:blog-1196065551987265512.post-35787511020980664212009-09-28T01:13:00.004-03:002009-09-28T15:46:04.658-03:00Frases célebresLa vida está llena de frases que mueven tu existencia. Pequeños terremotos hechos palabras. Personas y situaciones diferentes. Voces en distintas tonalidades.<br />Iván lo aprendió a los 25. Como a todos, las sentencias le fueron llegando. En cuotas y con intereses. Su ex le dijo <span style="font-style: italic;">ya no te amo</span>. Su abuela, <span style="font-style: italic;">me estoy muriendo</span>. Un profesor, <span style="font-style: italic;">felicitaciones, sos licenciado.</span><br />El verdadero golpe fue sin anestesia. Médico de cabecera, consultorio, radiografías. <span style="font-style: italic;">Tenés cáncer. </span><br />Nadie nos enseña a reaccionar. Las películas nos dan una que otra idea, pero a veces las lágrimas vienen con delay. Iván simplemente escuchó, dejó hablar. Con la educación y los modales que lo caracterizan. Y se fue caminando. Porque necesitaba pensar.<br />Las frases rompe-moldes brotaban por todos lados. Iván de chico y su mamá. El “no hables con extraños”, “volvé cuando quieras, pero avisame”. El “llevate una campera”.<br />Ahora, él sería el del anuncio. Su voz quedaría grabada para siempre en la cabeza de otra persona. <span style="font-style: italic;">Mamá, tengo cáncer, me tienen que operar.</span><br />La conciencia hace su aparición cuando realmente sentís que algo valioso se te escapa de las manos. Mientras, la juega de callada. Hace castings y bolos. Y un buen día, la tenés ahí, encabezando el elenco. Con el nombre bien grande en las marquesinas de calle Corrientes. Hoy: Julieta y Romeo, protagonizada por la primera figura Conciencia. Y nunca falta el viejo que comenta con su señora. <span style="font-style: italic;">Andá a saber con quién se habrá acostado.</span><br />A Iván le pasó con el <span style="font-style:italic;">goodbye</span> de Gisele. Pero hasta entonces, nunca valoró el mero hecho de vivir. Levantarse cada mañana. Pelearle al frío, al bondi. Esa pequeña victoria de llegar al viernes a las 18. O ver el resumen del banco el primer día hábil del mes.<br />A partir de allí, cada momento cotizaba en tiempo y en disfrute. Porque todo podía estar dándose por última vez. Y entonces, el chocolate era más rico. Y los Beatles sonaban mejor. Y el día estaba lleno de milagros. Las caminatas con solcito, los nenes corriendo, las risas con amigos, las conversaciones inteligentes.<br />Iván no discutió con Dios. Preguntó un par de cosas, pero eso queda entre ellos. Lo cierto es que la madrugada del primero de enero miró fijo al cielo. Apuntó a la estrella más brillante y se convenció a sí mismo. En la oscuridad de la terraza se escondía la actitud.<br />Y así llegó al quirófano. Con todo por ganar. Con el vaso medio lleno. Y con anestesia para varias horas.<br />La vida está llena de frases que mueven tu existencia. Pequeños terremotos hechos palabras. Personas y situaciones diferentes. Voces en distintas tonalidades.<br />Y al despertar, todavía confundido, Iván escuchó la voz de mamá, entre lágrimas. <span style="font-style: italic;">Salió todo bien, Ivancito. Vas a estar bien, mi vida.</span>El Varón de Bairesburghhttp://www.blogger.com/profile/10056883381934587051noreply@blogger.com12tag:blogger.com,1999:blog-1196065551987265512.post-62287413960180511172009-09-19T14:15:00.001-03:002009-09-19T14:18:15.020-03:00El hombre histéricoBenja siempre fue el fachero del grupo. Alto, morocho, ojos verdes. Las chicas lo definían como una mezcla de Joaquín Furriel y Gonzalo Heredia.<br />De pibes, el boliche es el escenario de la batalla. Mientras la mayoría de sus compinches hacía barra o intentaba sin éxito que la pelirroja de shorts se dignara a bailar un tema, Benja arrasaba <span style="font-style:italic;">a piacere</span>. Tenía una en cada rincón del lugar. Todas lo esperaban y lo compartían, conscientes de que se enfrentaban a un espécimen masculino único en el mercado.<br />Salir con un MSN era la gloria. Benja, sin transpirar, mostraba variedad de números de celular, datos personales completos –con segundo nombre y doble apellido– para Facebook y direcciones para chat.<br />Probablemente no agregaría a ninguna. El tipo iba por la vida con un par de verdades en el bolsillo. Las iba reafirmando con el paso de los años:<br /><span style="font-style:italic;"><br />Si la jugás de romántico, estás listo. Las minas no quieren un perrito faldero. Quieren un desafío. Hacete desear. Deciles que las vas a llamar y no las llames. Que vas a salir y suspendés. Levantate a la mejor amiga. Sé un reverendo hijo de puta. No seas boludo, prohibido enamorarse. Sin remordimientos. Si no lo hacés, te lo hacen ellas a vos. Así vas a poder llegar a la que quieras.</span><br /><br />Benja instruía a su pandilla. Alguno de los suyos ponía en duda su táctica maestra de winner consagrado. Como Javi. <span style="font-style:italic;">Pero cuando me gusta una chica trato de hablar con ella. No con la amiga</span>. Benja era contundente con sus respuestas. <span style="font-style:italic;">Respeto, pero no comparto. Todavía falta para el matrimonio.</span><br />En relación a esta temática, el number one desenfundaba su segundo principio elemental. Lean y juzguen:<br /><br /><span style="font-style:italic;">Nosotros los tipos podemos joder hasta después de los 40. Está todo bien. Ahora, las minas, joden, joden, y después suenan. <br />Las que prefieren salir con las amigas en lugar de con un flaco, como si tuvieran 18 y ya están en los 26, fueron. Las que bailan con chicas toda la noche, fueron. Las que calientan la pava, fueron. Llegan a los 30 y en Navidad están solas. Con sus amigas solteras. O sea, solas.<br />Conclusión: decile a esa chica difícil que se deje de jugar al Sex on the City a los veintipico y que salga con vos. Si no la ve, allá ella. El tiempo nos dará la razón.</span><br /><br />Y el Benja seguía arrasando. Cada vez, mujeres más lindas. Modelos, actrices. Hasta salió con la ex de un galán de TV. La del apellido alemán medio raro.<br />El tema fue cuando apareció Debbie. La conoció en una fiesta en Costanera. Cuando entró, el reggaeton se calló unos segundos. Vestido rojo ajustado, espalda desnuda, arriba de 1.75 fácil, curvas a lo Scarlett, sonrisa a lo Cameron. Y Benja enloqueció.<br />Arrancó con el chamullo y consiguió el celular. Salieron un par de veces. Rompía uno a uno todos sus principios. Debbie lo llevaba como quería. De repente, lo llamaba y le suspendía sobre la hora. O directamente faltaba sin avisar. Cuando él preguntaba, le decía que tuvo que ver a un viejo amigo. Benja explotaba de rabia y celos. Encima, todavía no habían consumado. Quizás por eso bancaba y bancaba.<br />Pero esta noche es la noche. Benja ya les avisó a sus amigos. Hoy es sábado, todo está arreglado. Se viene lo mejor. Empezarían con cena. Terminarían con hidromasaje.<br />Curioso final el de nuestra historia. Como si todas las chicas a las que Benja nunca llamó hubieran confabulado un plan maestro. Como si esas lágrimas de desilusión viajaran de las carilinas a la cocina de las estrellas. Porque la venganza es un plato que se come frío.<br />Hoy, Debbie mostrará su verdad. De chiquita, fue Ramón.El Varón de Bairesburghhttp://www.blogger.com/profile/10056883381934587051noreply@blogger.com16tag:blogger.com,1999:blog-1196065551987265512.post-23816796260352628782009-09-13T20:08:00.000-03:002009-09-13T20:14:19.739-03:00Ella y su testigoAbre sus ojos algo asustada, como liberándose de un sueño. Luego toma conciencia. Las sábanas de seda aparecen revueltas en su colchón king size. Los rayos de luz penetran la suite, en un contraste de sol y sombra. Otro día comienza en Zona Norte.<br />El desayuno está listo, todos los diarios se muestra en fila. Los comentarios de rigor con el personal doméstico y los asesores más cercanos. La leche con almendras y los panecillos tipo suizos.<br />Vestimenta elegante, camioneta blindada y destino programado: inauguración de una escuela en Berazategui. La gente saluda al llegar. Discurso. La gente saluda al salir.<br />Los simples mortales tenemos un jefe, que a su vez responde a otro. En su caso, su superior inmediato no habita este país. Quizás ni siquiera este mundo. Los profesores de Cívica nos tiran la entelequia: “el soberano es el pueblo”.<br />Ella se sabe inteligente. Sus discursos sin guión, su elocuencia al hablar. Despierta la admiración y la envidia de los oradores más reconocidos. Lo cierto es que se pone en juego aquello que los hombres ricos y aburridos persiguen a toda costa: el poder. <br />Hablamos del arte de decidir. Hablamos de carisma. Algunos se perjudicarán, otros sacarán ventajas.<br />Pero no es mi intención entrar en ese debate. Alguien ya pronunció la frase. La historia juzgará.<br />Mi trabajo me obliga a estar cerca de ella. La he visto en situaciones inimaginables para el común de la gente. La vi llorar. La vi reír. Escuché autocríticas y reproches a su propio accionar. <br />Quise acercarme. Decirle que ésa es la faceta que tiene que mostrar. Que así es como tiene que presentarse ante la gente. Humana. Falible. Comprometida con las prioridades. <span style="font-style:italic;">Deberías sacarte esa coraza que te protege y ser vos misma. No nos peleemos entre nosotros. Tenemos que darle todos juntos para adelante. </span><br />Pero no tuve el coraje. Quién soy yo para aconsejarla. Un simple funcionario de tercera línea.<br />Hace poco me habló. Estaba charlando con un asesor y se mostró molesta con un comentario. Dijo que no cree en la religión ni en soluciones mágicas. Cree en Dios y en los hombres. En los argentinos y las argentinas. Me miró buscando aprobación. Asentí y sonreí. <br />Las oportunidades llegan para todos. En octubre, voy para concejal.El Varón de Bairesburghhttp://www.blogger.com/profile/10056883381934587051noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-1196065551987265512.post-9580934440516304882009-08-30T17:28:00.001-03:002009-08-30T17:30:33.066-03:00Tusam y las relaciones de parejaNo sé si recuerdan, pero el verano del 2000 fue muy particular. El cambio de milenio nos partía el bocho a todos. Y el calor de enero no nos dejaba respirar. Sumale el cemento de la city, la humedad, el aire caliente, y tenés a movilero de noticiero haciendo huevos fritos en el asfalto.<br />Yo andaba por los 15, y con mi amigo Beto nos juntábamos en la terraza de lo de mi abuela Tatá, en el eterno barrio de Caballito. Leíamos Cortázar a los rayos del sol, protector solar factor 20 en mano, en un intento sin sentido de conseguir el bronceado de Echarri y ganar chicas como La Maga o Natalia Oreiro.<br />Pero lo verdaderamente jugoso de esas tardes en lo de Tatá eran las charlas con Beto sobre lo inexplicable de la vida. Cuando llegábamos al tema “romance”, el tipo se despachaba con unas definiciones universales que andá saber de dónde había sacado. Todos entrábamos en una categoría. Un puñado de máximas, dignas de una profecía de Nostradamus, a saber:<br /><br />“Los que llevan 3 o más años de novios tienen la autoestima baja (no cambian por miedo a no encontrar)”.<br />“Los que eligen relaciones a distancia no buscan comprometerse”.<br />“Los solteros eternos son cómodos, autosuficientes y expertos en el arte de la masturbación”.<br />“Los que se pelean todo el tiempo tienen buen sexo y poco futuro”.<br />“Los que se llevan muy bien y se sonríen a diario están destinados a la desilusión”.<br />“Los que no aman son infieles. Los que aman también”.<br />“El amor es la manera hollywoodense de llamar al deseo”.<br /><br />Yo siempre retrucaba con que eso de generalizar era una pelotudes. <span style="font-style:italic;">Si te digo “el que escribe máximas es un frustrado”, qué me decís</span>. Y el muy turro siempre tenía una respuesta rápida bajo la manga: <span style="font-style:italic;">que no querés ver; algunos eligen Tinelli y no Crónica porque te distrae de la realidad. Vos elegís claramente a Tinelli. Y a Spielberg. Y a Friends. Y me parece perfecto. Pero no cuestiones una verdad por no estar de acuerdo. </span><br />Obviamente, me callé. El tipo tenía el don de la palabra, de la inteligencia. Y yo el de la ubicación.<br /><br />En esas andábamos, ya en los 19, primeros pesos ganados a buena ley. <br />Beto se pone de novio con Kari y se los ve muy enamorados. Se mojan bajo la lluvia, ven y comentan las últimas películas en cartelera, las mejores piezas teatrales. Comparten recitales internacionales en River, toman helados de exportación, té verde en Madero Este, caminatas por Palermo Park.<br />Combinan colores, prueban comida mexicana, peruana y tailandesa, aprenden brasilero los sábados, juegan al tenis los domingos, hidromasajes cada tanto, cenas familiares para compartir felicidad. Él toca la guitarra, ella tararea sus canciones.<br /><br />Y tuve que preguntarle. Vos, que sos el anti amor. Vos, que me bardeaste por romántico. Qué me decís ahora. Te picó el bichito, salame. Dónde quedaron tus palabras, tus definiciones universales sobre el fracaso sentimental.<br /><span style="font-style:italic;">Sigo pensando exactamente lo mismo. Pero no por saber que moriré, voy a cometer suicidio. Me divierto un rato, vivo el momento, comparto la experiencia. Hasta que uno de los dos se canse primero. Le dije que sé que todo terminará. Que el rostro que hoy adoramos será odiado en el futuro. Y así y todo quiere seguir. Sigamos entonces, veamos hasta dónde llega el río.</span><br />Lo comparé con un sofista, con un político popular, con un notable orador. Se rió. <br /><br />Seguí mi vida. Pasó el tiempo, el pibe se hizo hombre, me casé a los 29. Hoy tengo un hijo, y es lo mejor que me pasó en la vida. El laburo es un montón y casi no hay tiempo para los amigos. Pero hay mucho por contar.<br /><br />Ya hace 10 años que Beto y Kari están juntos. Y siempre hay un día en el año en el que me invitan a cenar. Voy con gusto, comemos de maravilla y rememoramos las viejas ideas de Beto. El renegao, el que no arriesga y gana igual.<br />Y nos reímos toda la noche de aquellos tiempos de máximas universales y verdades absolutas. De veranos transpirados en la terraza de Caballito, en lo de mi abuela Tatá. De discusiones adolescentes en los albores del año 2000.<br />El gran Beto cambió el discurso. Ahora su frase es “puede fallar”.El Varón de Bairesburghhttp://www.blogger.com/profile/10056883381934587051noreply@blogger.com10tag:blogger.com,1999:blog-1196065551987265512.post-69809845760164718372009-08-17T01:30:00.003-03:002009-08-18T00:21:52.891-03:00Lo segundoCursé con Mike varias materias de la carrera. Tipo singular, con talento para caerle bien a todo el mundo. Cabello de distintos colores, rastas al estilo reggae, jeans desajustados, cinturón con tachas.<br />Sin pelos y con aros en la lengua, me confesó varias verdades. No entendía las publicidades de tránsito lento: por la mañana, al levantarse, arrancaba con lo segundo.<br />No pude disimular mi sorpresa. Un sistema digestivo de puntualidad suiza en un cuerpo flaco y aparentemente maltratado con sustancias varias.<br />Fuera de estos temas mundanos, compartimos con Mike una amistad sincera. Nuestras caminatas por Monserrat, a la salida de la facu, eran momentos de conversación amenos. Últimas conquistas, desilusiones, fútbol, plata, joda. Temáticas argentas por excelencia.<br />Mi graduación fue un punto de quiebre. Lo empecé a ver poco y de a ratos. Mike era de Lomas, pero su vida estaba en Capital. Se puso de novio y desapareció del mapa.<br />Me llegaron comentarios de todo tipo: laburo en call center, programa de radio en emisora modesta, viajes al norte de mochilero.<br />Años más tarde supe que esas aventuras en el desierto le enseñaron a valorar lo básico, a vivir con poco, a disfrutar de las pequeñas cosas. Cual metáfora de Argentina, se cayó y se levantó, se infló y adelgazó, se quedó sin monedas y peló tarjeta a todo crédito.<br />Tocó la viola en espectáculo tanguero, fue encargado de restaurant céntrico, volvió a la pyme familiar. En el camino, se cortó rastas, compró traje, terminó relación larga y bajó un cambio.<br />Pasó el tiempo. Pero el rostro de Mike permanece ajeno a los almanaques. Conserva carita juvenil, al mejor estilo Dorian Grey. Vi su foto en página perdida de revista de chimentos. Sale con vedette en ascenso, rol secundario en espectáculo de calle Corrientes.<br />El último enero lo crucé en la Feliz. Conversamos largo rato en la rambla de La Perla. Lo noté animado. Había viajado a ver a su novia, de temporada en Mardel. Y cual vuelta del destino, recibí otra confesión. Con Mónica, amada vedette, estaban esperando un hijo.<br />Lo felicité y lo jodí un poco. <span style="font-style:italic;">Hacé las cosas bien Mike.</span> <span style="font-style:italic;">Primero te casás y después tenés hijos</span>. Pero esta vez no me sorprendí. Mike es un tipo que empieza por lo segundo.El Varón de Bairesburghhttp://www.blogger.com/profile/10056883381934587051noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-1196065551987265512.post-484474634043244902009-07-10T03:10:00.000-03:002009-07-10T03:11:22.327-03:00Él o yoCuando Daniel salió estaba oscuro. Hacía un frío de esos que acuchillan la piel. A paso rápido, cruzó la avenida y agarró por Matheu, camino a Rivadavia. Enseguida se dio cuenta que fue una mala decisión.<br />El alumbrado público y sus foquitos quemados. Si no ves en dónde pisás, si no hay nadie caminando por la calle, si hace entre 4 y 5 grados, es obvio que algo va a pasar. El terreno propicio para el crimen. Pasa en las películas, pasa en la vida real.<br />A una cuadra, a la altura de Alsina, observa su destino. Individuo de gorra, flaco, morocho, ropa desalineada. Sin duda alguna, busca problemas, pensó.<br />Tenía unos metros para decidir la maniobra. Podía doblar en la menos segura Moreno. Podía cruzar y esperar mejor suerte. O sólo continuar su camino. Aunque algo le decía que la noche deparaba algo diferente. Alguien querría matarlo.<br />El pedido de una moneda sería la excusa. Luego un golpe certero en el rostro. Y el bum del revólver. Y revisar el cadáver. Y sacarle los billetes y las tarjetas. Y chau familia. Chau novia. Chau vida.<br />Más viento, más frío. Sólo ellos, calle Matheu. El de gorra se acerca cada vez más. Daniel observa los detalles. Campera de poliéster marca deportiva, pantalones anchos desajustados, gorro con logo hip hop cubriendo las orejas. Más morocho que antes. Camina despacio. Ya muy cerca de él. <br />Y llega el momento de la verdad. El segundo en el que uno pasa al lado del otro. Fue todo demasiado rápido. Cruce de miradas. Daniel se detiene. Hip hop se sorprende y amaga a frenar. Está por decir algo. Ahora viene lo de la moneda, piensa Daniel. Pero no lo va a permitir. Él o yo. Y Daniel saca Vitorinox suiza. Dos puntazos y a correr.<br />Hip hop en el piso, cubre las heridas y grita por qué, por qué. Se funde en un sollozo invernal. Pide ayuda, le llora al frío, al desconcierto.<br />Alguien llamará al 911. La ambulancia vendrá y se irá con el herido. El miedo, protagonista invisible, maquilla su rostro. Mañana sale en TV.El Varón de Bairesburghhttp://www.blogger.com/profile/10056883381934587051noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-1196065551987265512.post-35686031689293716252009-07-05T02:02:00.002-03:002009-07-05T02:07:31.808-03:00La cura de la gripe, made in Argentina<meta equiv="Content-Type" content="text/html; charset=utf-8"><meta name="ProgId" content="Word.Document"><meta name="Generator" content="Microsoft Word 11"><meta name="Originator" content="Microsoft Word 11"><link rel="File-List" href="file:///C:%5CDOCUME%7E1%5CUsuario%5CCONFIG%7E1%5CTemp%5Cmsohtml1%5C01%5Cclip_filelist.xml"><o:smarttagtype namespaceuri="urn:schemas-microsoft-com:office:smarttags" name="PersonName"></o:smarttagtype><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:hyphenationzone>21</w:HyphenationZone> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> <w:browserlevel>MicrosoftInternetExplorer4</w:BrowserLevel> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if !mso]><object classid="clsid:38481807-CA0E-42D2-BF39-B33AF135CC4D" id="ieooui"></object> <style> st1\:*{behavior:url(#ieooui) } </style> <![endif]--><style> <!-- /* Font Definitions */ @font-face {font-family:Wingdings; panose-1:5 0 0 0 0 0 0 0 0 0; mso-font-charset:2; mso-generic-font-family:auto; mso-font-pitch:variable; mso-font-signature:0 268435456 0 0 -2147483648 0;} /* Style Definitions */ p.MsoNormal, li.MsoNormal, div.MsoNormal {mso-style-parent:""; margin:0cm; margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:12.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-fareast-font-family:"Times New Roman";} @page Section1 {size:595.3pt 841.9pt; margin:70.85pt 3.0cm 70.85pt 3.0cm; mso-header-margin:35.4pt; mso-footer-margin:35.4pt; mso-paper-source:0;} div.Section1 {page:Section1;} /* List Definitions */ @list l0 {mso-list-id:1811361992; mso-list-type:hybrid; mso-list-template-ids:1228040974 1457846742 201981955 201981957 201981953 201981955 201981957 201981953 201981955 201981957;} @list l0:level1 {mso-level-start-at:0; mso-level-number-format:bullet; mso-level-text:-; mso-level-tab-stop:36.0pt; mso-level-number-position:left; text-indent:-18.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-fareast-font-family:"Times New Roman";} ol {margin-bottom:0cm;} ul {margin-bottom:0cm;} --> </style><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0cm 5.4pt 0cm 5.4pt; mso-para-margin:0cm; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="" lang="ES-AR">Buenos Aires, julio de 2009. Se agotan los barbijos y los geles de alcohol. Cierran las escuelas y abren los boliches. Versiones apocalípticas presagian lo peor.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="" lang="ES-AR">Prendés la tele y ves médicos. Infectólogos y epidemiólogos insisten en que el miedo paraliza. Pero la gente cada vez se desespera más.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="" lang="ES-AR">Entre la psicosis y el fin, entre lo oscuro y la luz, aparece Michael Jackson. En aquellos días en que la enfermedad no era un problema para nosotros (hará cosa de una semana), recuerdo cuán fuerte fue el impacto de la noticia. Había muerto parte de nuestra música. Ese fue el día en que descubrí la cura contra la gripe A. Permítanme aclarar. No soy científico ni especialista. Sólo un tipo que estudió Comunicación. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="" lang="ES-AR">Y llegué a la conclusión de que lo único que podía salvarnos era conseguir el número celular de Diego Armando Maradona.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="" lang="ES-AR">Llamé a Iván, viejo amigo y productor de radio. Le sorprendió mi pedido pero no hizo muchas preguntas. A los 10 minutos me mandó un texto con el dato. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="" lang="ES-AR">Confieso que me puse bastante nervioso al momento de discar. No era para menos. Estaba marcando el número de Dios.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="" lang="ES-AR">La voz del contestador pidió mi nombre. Es lógico, no va a atender si es Juan Pérez. Con mi tono más grave y mis aspiraciones de locutor dije “Mario Pergolini, estoy en el aire”. Al rato tenía a Diego del otro lado.</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /><span style="" lang="ES-AR"><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="" lang="ES-AR"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left: 36pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="" lang="ES-AR"><span style="">-<span style=";font-family:";font-size:7;" > </span></span></span><!--[endif]--><span style="" lang="ES-AR">Mario, qué sopresa- encaró el 10.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left: 36pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="" lang="ES-AR"><span style="">-<span style=";font-family:";font-size:7;" > </span></span></span><!--[endif]--><span style="" lang="ES-AR">Diego, no soy Mario. Pero eso no importa ahora. Tengo algo muy importante que decirte.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left: 36pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="" lang="ES-AR"><span style="">-<span style=";font-family:";font-size:7;" > </span></span></span><!--[endif]--><span style="" lang="ES-AR">Disculpá flaco, no tengo tiempo ahora.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left: 36pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="" lang="ES-AR"><span style="">-<span style=";font-family:";font-size:7;" > </span></span></span><!--[endif]--><span style="" lang="ES-AR">Por favor Diego, es sólo un minuto.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left: 36pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="" lang="ES-AR"><span style="">-<span style=";font-family:";font-size:7;" > </span></span></span><!--[endif]--><span style="" lang="ES-AR">Te tengo que dejar.</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 36pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;">
<br /><span style="" lang="ES-AR"><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="" lang="ES-AR"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="" lang="ES-AR">Y antes de que me cuelgue escupí de una mi frase salvadora:</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /><span style="" lang="ES-AR"><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left: 18pt; text-align: justify;"><span style="" lang="ES-AR"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left: 36pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="" lang="ES-AR"><span style="">-<span style=";font-family:";font-size:7;" > </span></span></span><!--[endif]--><span style="" lang="ES-AR">Tengo la cura de la gripe porcina y sólo vos me podés ayudar.</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 36pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;">
<br /><span style="" lang="ES-AR"><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="" lang="ES-AR"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="" lang="ES-AR">Hubo una pausa. O colgaba o preguntaba detalles. Y el Diego no falló:</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /><span style="" lang="ES-AR"><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="" lang="ES-AR"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left: 18pt; text-align: justify;"><span style="" lang="ES-AR">- <span style=""> </span>¿Cómo, cómo?</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 18pt; text-align: justify;">
<br /><span style="" lang="ES-AR"><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="" lang="ES-AR"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="" lang="ES-AR">Insistí en que tenía que verlo personalmente, que confiara en mí. Para dejarlo tranquilo le di mi nombre y apellido completo y hasta le ofrecí el número de DNI.</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /><span style="" lang="ES-AR"><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left: 18pt; text-align: justify;"><span style="" lang="ES-AR"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left: 36pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="" lang="ES-AR"><span style="">-<span style=";font-family:";font-size:7;" > </span></span></span><!--[endif]--><span style="" lang="ES-AR">Investigame todo lo que necesites, pero debo verte.</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 36pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;">
<br /><span style="" lang="ES-AR"><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="" lang="ES-AR"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="" lang="ES-AR">Antes de las 2 horas estaba en la puerta de su casa, en Devoto. Un par de patovicas me palparon de armas y luego entré. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="" lang="ES-AR">Ahí estaba. Diego Armando Maradona, quizás el símbolo más importante de la historia viva nacional, en bata y chinelas. No había tiempo para emociones u homenajes.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="" lang="ES-AR">Nos sentamos en la mesa del living y rompió el hielo con un “vos dirás”. Le expliqué mi plan a riesgo de que me acusara de loco y me echaran a patadas. Pero nada de eso ocurrió. Apelé a su patriotismo y generosidad. El plan le pareció excelente. “Una verdadera lección para todos. Hace rato que se nos escapó la tortuga con este tema”.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="" lang="ES-AR">Minutos después, desde un ciber cercano, envié el e-mail que paralizaría al mundo: “Diego Maradona ha muerto. Aún se desconocen las causas”.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="" lang="ES-AR">¿Los destinatarios? Los principales medios de comunicación del país.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="" lang="ES-AR">Les tomó unos minutos chequear la noticia. El Doctor Cahe convocó una conferencia de prensa y confirmó la fatalidad. “Diego ha fallecido el día de hoy, víctima de un infarto de miocardio”.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="" lang="ES-AR">Las primeras planas de los diarios sólo escribían sobre el Diez: “Dios ha muerto”. Los canales de televisión mostraban un Obelisco lleno de gente autoconvocada, llorando. Se repetía una y otra vez el gol del ’86. Y la entrevista al pibe de Fiorito que quería jugar en Boca y ser campeón del mundo.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="" lang="ES-AR">El Gobierno decretó duelo nacional. Millones de amigos y conocidos declararon ante las cámaras. Pelé habló y dijo que Maradona fue el mejor. Grondona propuso velarlo en <st1:personname productid="la Bombonera. Y" st="on">la Bombonera. Y</st1:personname> ya sonaba Sean Penn para la película. ¿Cómo imaginar un mundo sin Diego?<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="" lang="ES-AR">Pasaron 3 días y 3 noches. Y la noticia sigue golpeando el corazón de los argentinos. La gripe A pierde terreno en la agenda del día. La gente continúa higienizándose, sí. Pero ya no aparecen a diario los números de infectados o la cantidad de muertes. A fuerza de llanto perdimos el miedo. El plan había resultado. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="" lang="ES-AR">Convocamos conferencia de prensa en hotel de lujo. Prometimos la presencia de Claudia, Dalma, Giannina y el Kun. La sala desborda y salgo a enfrentarlos.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="" lang="ES-AR">Nadie me conoce. Los periodistas me miran absortos. Nervioso pero seguro, enfrento el micrófono:</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /><span style="" lang="ES-AR"><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="" lang="ES-AR"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="" lang="ES-AR">- Todo lo que vean y escuchen a partir de ahora tiene una explicación lógica y persigue un bien mayor. Adelante Diego.</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /><span style="" lang="ES-AR"><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="" lang="ES-AR"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="" lang="ES-AR">Maradona y el Dr. Cahe salen a escena y el ambiente se consterna. Se escuchan gritos y hasta se desmaya una señora en el fondo. Los camarógrafos apenas pueden sostener las cámaras. Es el caos, pero quieren escuchar.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="" lang="ES-AR">Diego, rozagante, afirma que está en perfectas condiciones. Y que prestó su nombre para demostrar que podemos cuidarnos sin miedo. Y que debemos aprender a tranquilizarnos, a pesar de lo que salga en los medios. Como podrán comprobar, no todo es verdad. Y citó el ejemplo de Orson Wells y la noticia de la invasión de los extraterrestres. Aquella vez hubo un suicidio en masa. No estábamos tan lejos de esa realidad.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="" lang="ES-AR">Me señaló como el autor intelectual de la idea y me felicitó. El pueblo no reaccionó del todo bien en un principio. Pero con los días se entendió el mensaje: desviamos la atención y perdimos la psicosis.</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /><span style="" lang="ES-AR"><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="" lang="ES-AR"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="" lang="ES-AR">Ahora vivimos un poco más tranquilos. Nadie recuerda mi nombre y está bien que así sea. Salimos a trabajar, volvimos a las escuelas, a los cines y al gimnasio. Nos lavamos las manos 10 veces al día, es verdad. Pero ya no acusamos de asesino serial al pobre alérgico que estornuda en el ángulo interior de su codo derecho.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="" lang="ES-AR">Hace poco me llamaron de un medio de Londres para que cuente cómo surgió la idea y qué sugería para aplacar a las masas europeas.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="" lang="ES-AR">Les agradecí, pero indiqué que no podía participar. Ellos cuentan con personas muy preparadas y se les ocurrirá algo mejor. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="" lang="ES-AR">Lo que sí, les va a faltar la viveza criolla. Al final de cuentas, Dios es argentino.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="" lang="ES-AR"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="" lang="ES-AR"><o:p> </o:p></span></p> El Varón de Bairesburghhttp://www.blogger.com/profile/10056883381934587051noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-1196065551987265512.post-24964857258486071782009-06-28T23:35:00.005-03:002009-06-29T18:05:53.712-03:00Cuentos para niños<p class="MsoNormal" style="TEXT-ALIGN: justify"><?xml:namespace prefix = o /><o:p></o:p>En la tranquilidad de la habitación de su hijo, el hombre se dispone a contar un cuento. Sin libro ni ayuda-memoria en mano. Pero con la convicción de que se trata de un relato diferente. De esos que trascienden las moralejas. Verdaderas lecciones de vida.<br /></p><p class="MsoNormal" style="TEXT-ALIGN: justify">- Hijo mío - comienza el padre - <span style="font-size:0;"></span>el protagonista de esta historia es un hombre grande y fuerte, así como yo. Al salir de la ducha matutina, sin ojotas, sin alfombra, resbala y golpea muy fuerte la cabeza. Pero el dolor se diluye rápido y su día continúa normal. Oficina, trabajo, almuerzo, más trabajo, vuelta a casa. </p><p class="MsoNormal" style="TEXT-ALIGN: justify">Por la noche, antes de la cena, se recuesta en su cama y queda profundamente dormido. Cuando abre los ojos está en un lugar diferente. Blancura total. Es el último en una fila de 5 personas. </p><p class="MsoNormal" style="TEXT-ALIGN: justify">Llega a un artefacto rojo, igual al de las farmacias. Saca un número y entra en un salón. Se sienta al lado de un señor canoso.</p><p class="MsoNormal" style="TEXT-ALIGN: justify">Hay más gente, pero nadie se mira entre sí. No habla ni pregunta nada. Se limita a esperar su turno en ese ambiente desconocido, parecido al del consultorio de un médico. Ya le aclararían la situación.</p><p class="MsoNormal" style="TEXT-ALIGN: justify">Advierte que las personas que ingresaron no han vuelto a salir de la oficina. Se asusta y se convence de que todo se trata de un mal sueño. </p><p class="MsoNormal" style="TEXT-ALIGN: justify">Llaman a su número. La secretaria lo recibe y le abre la puerta del despacho en el que desaparecen los supuestos pacientes.</p><p class="MsoNormal" style="TEXT-ALIGN: justify">Un señor mayor, de boina, cigarro y barba, lo saluda con cordialidad. Lo invita a sentarse y comienza una charla amena, con preguntas directas y bien dirigidas. </p><p class="MsoNormal" style="TEXT-ALIGN: justify">El protagonista se relaja, se siente escuchado. Habla de su vida, sus afectos, las pasiones, el fútbol. No tiene la necesidad de cuestionar lo que estaba pasando ni preguntar en dónde se encontraban. Surgiría más adelante. Y así fue.</p><p class="MsoNormal" style="TEXT-ALIGN: justify">En un momento, el de boina se pone serio y dice con frialdad:</p><p class="MsoNormal" style="TEXT-ALIGN: justify">-Usted ha muerto. Entiendo que lo sabe.</p><p class="MsoNormal" style="TEXT-ALIGN: justify">-(Pausa) No lo sé - responde el hombre, asombrado.</p><p class="MsoNormal" style="TEXT-ALIGN: justify">-¿Recuerda el golpe de hoy a la mañana?</p><p class="MsoNormal" style="TEXT-ALIGN: justify"><span lang="ES-AR">-Perfectamente. Y estoy bien.</span></p><p class="MsoNormal" style="TEXT-ALIGN: justify"><span lang="ES-AR">-Está más que bien. Toque su cabeza. No encontrará sangre ni traumatismo alguno.</span></p><p class="MsoNormal" style="TEXT-ALIGN: justify">-<span lang="ES-AR">Pero trabajé después del golpe.</span></p><p class="MsoNormal" style="TEXT-ALIGN: justify">-<span lang="ES-AR">Sí. Es una forma de ver las cosas.</span></p><p class="MsoNormal" style="TEXT-ALIGN: justify"><span lang="ES-AR">El protagonista toma conciencia de su propia muerte. No puede llorar ni tiene tiempo para eso. Con sabiduría, pide un último deseo. El viejo apaga el cigarro y duda un instante, pero accede. Luego se despide y se pierde entre la blancura del lugar.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="TEXT-ALIGN: justify"><span lang="ES-AR"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="TEXT-ALIGN: justify"><span lang="ES-AR">El padre hace una pausa, quiere continuar pero no puede. Su hijo, entre el sueño y el suspenso, lo mira con sorpresa y reclama: <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="TEXT-ALIGN: justify"><span lang="ES-AR">-Papá, ¿qué deseo pidió el hombre?<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="TEXT-ALIGN: justify"><span lang="ES-AR">Con lo que queda de voz, el papá responde:<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="TEXT-ALIGN: justify"><span lang="ES-AR">-Despedirme de mi hijo. Te amo Joaquín. Tené fuerza, cuidá a tu mamá, estudiá mucho. Siempre voy a estar con vos.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="TEXT-ALIGN: justify"><span lang="ES-AR">Y con lágrimas en los ojos, desapareció.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES-AR"><o:p></o:p></span></p>El Varón de Bairesburghhttp://www.blogger.com/profile/10056883381934587051noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-1196065551987265512.post-60802723135696186342009-06-06T15:34:00.000-03:002009-06-06T15:35:18.192-03:00La censura necesaria<p style="text-align: justify;" class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-AR">No fue un rayo ni una bomba. No nos tragó un agujero negro ni desaparecimos de <st1:personname productid="la Tierra. No" st="on"><st1:personname productid="la Tierra." st="on">la Tierra.</st1:personname> No</st1:personname> estamos en otra dimensión. Sí en otro mundo.<o:p></o:p></span></p><div> </div><p style="text-align: justify;" class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-AR">La noticia inunda las pantallas. La gente se altera, se asusta. Ve su propia muerte en nuestras muertes. Y está bien que sea así.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p style="text-align: justify;" class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-AR">Flashes que aparecen y se entremezclan. Porque los recuerdos no siguen un orden, una lógica. Simplemente aparecen. Te despiertan por la noche. Confunden al lector.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p style="text-align: justify;" class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-AR">Golpear contra el fondo del mar. Morís en la caída y despertás en el avión. La azafata ofrece bebidas y revistas comerciales. Me abrazo con la de al lado y rezo a Dios. En el aeropuerto, pasaportes y equipaje. En el cielo, temblores y oscuridad.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p style="text-align: justify;" class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-AR">Escuchás varios idiomas. Programás la música-compañía. </span><span style="" lang="EN-US">Beatles y Black Eyed Peas. </span><span style="" lang="ES-AR">Después es todo gritos y desesperación. Mascarillas de oxígeno, rostros del horror, taquicardia generalizada.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p style="text-align: justify;" class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-AR">Allí la muerte simplemente llega. No podés luchar, nadar, medicarte. No podés elegir.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p style="text-align: justify;" class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-AR">Primero hay esperanza. Luego resignación. Siempre hay miedo.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p style="text-align: justify;" class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-AR">Y si uno tuviera tiempo –como tengo ahora–, me cuestionaría un par de cosas. ¿Por qué dejé en un cajón los ahorros de una vida? ¿Por qué me preocupé tanto por asuntos insignificantes? ¿Por qué me peleé para siempre con mi vieja? ¿Por qué no le expresé mi amor a la única persona que lo merecía? ¿Por qué no te dije cuánto me importás? ¿Por qué?<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p style="text-align: justify;" class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-AR">Y ahora que mi cuerpo es agua y mi alma es sabia. El dolor pasó y llegó la compresión. Sólo ahora entiendo. Encuentro respuestas –las verdaderas–.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><span style="" lang="ES-AR">Pero estos dedos que escriben son hábiles censores. No me pertenecen, hago lo que puedo. Postergarán el final hasta el día de tu propia muerte. Allí conocerás el secreto de todo esto –mi vuelo, tu vida–. Y entenderás.</span>El Varón de Bairesburghhttp://www.blogger.com/profile/10056883381934587051noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1196065551987265512.post-84823612064913778272009-05-18T00:44:00.001-03:002009-05-18T00:47:31.230-03:00La Teoría de los Lugares<div style="text-align: justify;">Corrientes y Callao. Sábado a la tarde. Típico bar porteño. Uno pide un café o una gaseosa y tiene el derecho a permanecer durante horas en la misma silla. Un refugio de la realidad a un precio accesible.<br />Mientras beso el cortado, miro a la gente y saco conclusiones. Ya estuve sentado antes en la misma mesa. Eran otros tiempos, momentos de risas y felicidad. Ahora estoy solo.<br />Me doy cuenta que así como yo tengo mi propia historia en el lugar, esa mesa –esa madera– ha sido testigo de pequeños acontecimientos en la vida de la gente.<br />Estoy sentado en el sitio exacto en que alguien cortó con su pareja, o confesó su homosexualidad, o leyó el final de su novela, o se enteró que iba a ser madre, o que estaba enfermo, o planeó un asesinato, o dijo te amo, o simplemente pasó el rato.<br />Pienso en que el mismo razonamiento aplica para los hoteles alojamiento, las butacas de un ómnibus, de un cine, de un teatro. Nuestra existencia debe transcurrir en la misma escenografía. Es parte del sentido de las cosas. Es el pequeño truco del Señor.<br />Para pasar en limpio: los lugares se repiten, cambian las situaciones y las personas. Si vuelvo al patio de mi escuela primaria, seguro va a ser más pequeño que en mi recuerdo.<br />Mis padres me mostraron el lugar en el que se conocieron 30 años atrás. Esa baldosa no significa nada para el transeúnte cotidiano. ¿Pero que sienten los protagonistas del momento? ¿Nostalgia, melancolía, tristeza? Podemos descartar la felicidad.<br />El viejo de al lado lee el diario con interés. La pareja cercana a la ventana está tomada de la mano. Hablan en paz. La chica de la boina, sentada un par de mesas enfrente, se refugia en su laptop y bebe un jugo de naranja. Creo que Internet es un remedio contra la soledad.<br />Miro fijo a la ventana y descubro mi destino. Me asusto. Un tipo de impecable traje me observa fijo a través del vidrio que da a Corrientes. Unos 60 años, sombrero y sobretodo, canas hasta en las cejas, cara de enojado. Entra al bar y se sienta a mi lado. Me dice que lo escuche. Ve mi expresión y me pide que no tenga miedo.<br />Le digo lo que pienso. Confieso mi Teoría de los Lugares, la influencia de los mismos en nuestros actos, la estúpida lógica que nos obliga a ser felices en aquellos contextos en los que antes lloramos. Le digo que no me voy a callar.<br />El tipo se pone más serio y me llama por mi nombre. Esto me asusta aún más. No sé cómo reaccionar. Saca un par de pastillas, dice que las tome. Me enfurezco, grito y le digo que no quiero sus drogas de mierda. Que ya vi lo que está pasando. Que no nos van a engañar más.<br />La gente se amontona, me mira como a un loco. La chica de la boina cierra su laptop y se va. La pierdo para siempre. El viejito se muestra compasivo y la pareja se abraza. La chica solloza.<br />El tipo me agarra fuerte. Yo sigo gritando, espero la ayuda que no viene. Y el tipo también grita. Diego, soy tu papá. Pero no lo escucho. Y con las piernas pateo las sillas. Diego, soy tu papá. Y el Lugar me absorbe. Y viene lo negro. La oscuridad absoluta.</div>El Varón de Bairesburghhttp://www.blogger.com/profile/10056883381934587051noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1196065551987265512.post-77618029135333532992009-05-01T03:54:00.003-03:002009-05-18T00:48:48.211-03:00Laura y el kit de la cuestión<div style="text-align: justify;">Y Laura se cansó de las crisis. Al final del día, todo pasa por la actitud.<br />Decidió vivir muchas cosas para poder recordarlas y ser feliz. Pasó la tarde del sábado soleado frente a la compu. Escuchó música, vio videoclips, le cantó a la pantalla, sonrió ante fotos viejas –Facebook, claro-.<br />No conoció aún al chico interesante que busca, pero sigue a la expectativa. Encara sus viajes con alegría. Ama la sensación de llegar a un lugar desconocido. Y también la de irse, sin saber si va a regresar –pero con la convicción interna de que sí-.<br />Creo que lo de Laura es para imitar. Una vida sin chanchos mutantes, sin papeles verdes, sin barbijos, sin frases gastadas, sin muertes, sin robos, sin presidentes. Y a la vez, con todo eso.<br />Nos tocó una época difícil, me dijo el otro día. Pero con una claridad que me hizo prestarle atención. Con lo que cuesta escuchar. Con los colectivos de la ciudad y las marchas populares. Con mi Ipod encendido.<br />Pero te escuché Lau. Y me hablaste de tu relación con tu vieja, de tus proyectos, tus ideas. Tenés una inmensa facilidad para decodificar pensamientos y ordenarlos en oraciones coherentes. Nunca pude ser tan sincero como vos. Y me asusta.<br />Laura se ríe como si fuera la última vez. Tiene una mirada rara. Como asiática pero argenta. Como que te come. Y se acuerda lo que le decís.<br />No estoy enamorado de ella. Pero no me costaría nada si me lo propusiera.<br />Me respeta mucho. Me ve inteligente. Me ve hombre. Y me ve amigo. Pero yo sé que me ve.<br />Todo esto es tan difícil. La vida es tan difícil. No sé si lo dijo Laura o fui yo.<br />Una escena en una película o un trozo de literatura pueden tocar tu corazón. Pero con la realidad a veces es más difícil. Ahí fue cuando pensé que una cosa está englobada en la otra. Como los diagramas de Venn. A incluye a B. La vida incluye a la ficción, que es construida por los hombres. Ergo, lloramos en y por la vida. Lloro por la gente que perdí. Y río cuando me ayudan –desde una página o desde el Cielo-.<br />Otra vez hablamos sobre la muerte. ¿Y si esta gripe nos mata?<br />Laura no quiere morirse sin tener hijos. Dije que la podía ayudar con eso. Se rió.<br />Yo tampoco me quiero morir sin besarla. Sin releer Rayuela. Sin tocar Imagine o bailar un tema completo de salsa. Sin que el viento me despeine otra vez en Colonia, o en Helsinki. Sin tomar un buen vino. Sin reírme sin parar. No me quiero morir.<br />Laura, estas líneas son para vos. Me hiciste redescubrir lo que me gustaba de todo esto. Aquello que uno encuentra de adolescente y pierde en el camino. Me das ganas. Te tengo ganas. Es decir, quiero seguir. Quiero ver que hay detrás del horizonte cuando el sol se cae. Qué me depara la vida. Cómo cambia el tipo frente al espejo. Quiero llegar al fondo del asunto y disfrutar de esas pequeñas cosas de las que hablamos.<br />Gracias Laura. Espero que esto provoque ese gesto que te queda tan bien. Porque en lo blanco de tu sonrisa se cierra este círculo. Allí empieza la verdad.</div>El Varón de Bairesburghhttp://www.blogger.com/profile/10056883381934587051noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-1196065551987265512.post-59653166324897663262009-01-23T06:53:00.000-02:002009-01-23T06:54:03.748-02:00Las ideas de Maju<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="" lang="ES-AR">Cuando me decidí a encararla ya eran como las 5 am. Ya todos nos estábamos despidiendo y sinceramente no daba. Se llamaba Maju, ojos grisáceos, piernas al descubierto, pecas por todos lados y piercings discretos. Estaba muy emocionada con su reciente viaje a Cuba. Nos contó de los atardeceres de postal, de los mojitos hidratantes, las playas como Dios manda y la calidez de la gente. Yo escuchaba con atención, me hacía imágenes en la cabeza, pero sobre todo trataba de que no se me escapara la vista hacia el escote en V de la remera.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="" lang="ES-AR">Se notaba que Maju estaba muy entusiasmada con las ideas socialistas. Aparentemente allá todos comen y tienen buena atención médica. De política sé poco y nada, pero me alcanza para darme cuenta que nunca nadie está contento del todo.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="" lang="ES-AR">La cosa es que Maju me atrapaba y no sabía qué hacer para apartarla del grupo y besarla (a ella, a <st1:personname productid="La Habana" st="on">La Habana</st1:PersonName>, a la revolución). Pero no hubo caso. Las agujas siguieron su curso, la arena pasó por completo para el otro lado. Esa noche sólo pude soñar con su sonrisa blanca leche.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="" lang="ES-AR">Mi hermano me cargó toda la semana. ¡Cómo la mirabas a Maju eh! Capaz que jodía porque él también la había mirado. Yo que sé, estas cosas pasan.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="" lang="ES-AR">Esperé con ansias la llegada del próximo finde. El sábado a la tarde me compré algo de pilcha, corrí un poco en la plaza y me empecé a preparar. Fuimos todos a tomar algo a Palermo.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="" lang="ES-AR">La terraza del bar era cómoda. Silloncitos en ronda, humo de cigarros, calor de enero y estrellas en cantidad. Esta vez Maju estaba callada. Toto se la pasaba hablando de las ventajas de los lubricantes íntimos y ella sólo escuchaba curiosa y sonreía de cuando en cuando. Que los lubricantes son para los putos, decía mi hermano. ¿Entonces por qué vos tenés uno en el cajón?, pregunté fanfarrón. La miré y se estaba riendo con ganas. Aproveché que estaba cerca y le dije que me había interesado mucho lo de Cuba, si quería contarme más. Creo que mi pedido le gustó. Habló, habló y habló. Lo único que esta vez yo era el receptor. Hablaba para mí. Y sus palabras se confundían con la música de fondo. Algo de rock nacional, mezclado con la salsa de su charla. O quizás sólo era Vasos Vacíos. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="" lang="ES-AR">Le pregunté si quería salir un rato al otro día. Viste que los domingos a la tarde son medio depres. Podemos ponerle un poco de onda. Mi pedido la tomó un poco por sorpresa, como que no la vio venir. Pero no se asustó. Dijo que podía ser, que la llamara y veíamos. Para mí era un 10, me sentía Gabriel Corrado en las novelas de Andrea del Boca.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="" lang="ES-AR">Cuando me quise acordar, ya era domingo y estábamos los dos solos caminando por Parque Las Heras. Posta que me sentía en una película, todo tan rápido, tan ideal.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="" lang="ES-AR">Llegué a mi casa tipo 10 y mi hermano me entró a bombardear a preguntas. Que si ya éramos novios, que si la besé, que si me tocó el amigo. Callate boludo, dije fastidioso. Me encerré en mi cuarto y me puse a pensar.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="" lang="ES-AR">Entre nosotros, confieso que intenté besarla. Sentaditos en el pasto, hablando de las proezas del Che, de lo mal que le pagaban en su laburo, de lo hecho bolsa que estaba <st1:personname productid="la UBA. Como" st="on"><st1:personname productid="la UBA." st="on">la UBA.</st1:PersonName> Como</st1:PersonName> que quise cortar el clima y le tiré la boca. Fue más un pico que otra cosa, se abatató. El segundo después fue lo más incómodo pero la zafé con un chiste. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="" lang="ES-AR">Al tiempo empezamos a salir y la pasamos muy bien. La verdad es que la flaca era muy linda y me encantaba que el mundo supiera que estaba conmigo.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="" lang="ES-AR">Todo marchaba sobre ruedas hasta que mi hermano me cuenta que vio a Maju con Toto, Seee, son amigos. Nooo, se estaban besando. ¿Qué?<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="" lang="ES-AR">Cuando se lo planteé a Maju me dijo que sí. Y que no me tenía que molestar, que nunca dijimos que no podíamos salir con otra gente.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="" lang="ES-AR">La verdad es que soy un pibe moderno, pero en estas cuestiones del corazón soy chapado a la antigua. No me va eso de andar compartiendo una mina. Mi viejo, un tipo de pocas palabras, me dijo alguna vez que la chica y el auto no se prestan. Y tenía razón. Así que la corté, me agarré una bronca de aquellas y terminé ese verano con cara de culo. Pero aprendí un par de cosas para el futuro.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="" lang="ES-AR">Mis amigos se me cagaron de risa. Dicen que para el amor soy un capitalista a ultranza, en contra de compartir con la sociedad y fiel defensor de la propiedad privada. Yo me hago el fanfa, les digo que invito un sundae para todos y me entro a reír. Pero entre nos, le tengo toda la fe a Obama… <o:p></o:p></span></p>El Varón de Bairesburghhttp://www.blogger.com/profile/10056883381934587051noreply@blogger.com3